“En la primera reunión del año que viene quiero que me traigan las diez cosas que van a recortar”, les dijo a sus funcionarios el presidente Mauricio Macri en la última reunión de gabinete ampliado en el CCK. Según señalan en distintas áreas del Gobierno, la salida de Alfonso Prat-Gay es sólo el comienzo de una reestructuración del gabinete, que apuntaría a suprimir funciones duplicadas, fusionar áreas y reducir el gasto público. Ayer circuló que uno de los posibles renunciantes es el secretario de Obras Públicas, Daniel Chain, pero es sólo parte de una lista más grande, que también podría incluir al ministro de Medio Ambiente, Sergio Bergman.

El presidente Macri parece haberse tomado en serio la frase que lanzó en la conferencia anual de la UIA: “La discusión que comienza en 2017 es qué vamos a recortar”. Se lo hizo saber a sus funcionarios en el último encuentro que compartió con ellos. “Los recortes ahora van a ser por arriba”, decían en jefatura de Gabinete, en referencia a que no serían despidos de empleados. A su vez, las áreas de finanzas de los distintos ministerios recibieron la orden de frenar la ejecución de gastos de fin de año, cuando se suelen acelerar las compras para que la subejecución de partidas no sea un argumento para recortar fondos. 

La forma en la que se dio la salida de Prat-Gay tuvo un caracter aleccionador dentro del gabinete: a nadie le pasó por alto la forma en que se comunicó, con Marcos Peña remarcando que Macri era el que le había pedido la renuncia. Muchos funcionarios volverán a pensar antes de enfrentarse al jefe de Gabinete y sus dos coordinadores, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana. De hecho, en el encuentro en el CCK Macri dejó una frase que muchos registraron a fuego: “Marcos, Mario y Gustavo son mis ojos, mis oídos, mi inteligencia y soy yo”.

Con la especulación mediática, es probable que se produzca una aceleración del plan original: ya hay áreas de Gobierno donde indican que los cambios se darán “en breve” y que implicarán fusiones de secretarías. A partir de una columna en La Nación de Carlos Pagni (co-conductor de un programa en TN del flamante ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne) se comenzó a hablar de la salida del procurador del Tesoro, Carlos Balbín, a quien le facturarían la pobre estrategia de defensa ante los amparos por las tarifas, y de Chain, quien cargaría con el fardo de la falta de avance de la obra pública. Arquitecto, ex ministro de Desarrollo Urbano porteño, Chain proviene del sector de la vicepresidenta Gabriela Michetti. 

Cerca del ministro Frigerio, indicaron que no hay ninguna renuncia oficializada, pero no desmintieron que lo estén considerando. De igual manera, el vocero de Chain advirtió: “El presidente y el ministro del Interior están revisando eventuales cambios en las secretarías del Ministerio del Interior. Cuando se definan estas evaluaciones, se comunicará oficialmente”. El plural de “secretarías” obedece a que la revisión general llegaría a la secretaria de Asuntos Municipales, Aída 

Ayala, y al de Vivienda, Domingo Amaya. Los dos tiene previsto ser candidatos el año próximo en Chaco y Tucumán, respectivamente, por lo que no se trata de una evaluación sobre su gestión.

Tampoco Chain parecería cargar con las culpas del freno a la obra pública, que en el Gobierno atribuyen a la pesada herencia. En un reportaje con PáginaI12, Frigerio advirtió: “Encontramos una situación muy difícil al principio de la gestión: la mitad de la obra pública no había recibido un sólo peso. Lo que realmente más nos complicó poder hacer girar la rueda de la obra pública fue que en 2015 prácticamente no hubo licitaciones. Tuvimos que arrancar de cero”. En la secretaría de Obra Pública aseguran que se hicieron 230 nuevas licitaciones en lo que va de 2016. “Al final del año, es cierto, también tuvimos problemas de presupuesto y ahora estamos tratando también de volver a acomodarnos. –indicó Frigerio– El año que viene la obra pública va a explotar. Va a haber más de una licitación por día y más de una inauguración por día. El 2017 va a ser un gran año para la obra pública”.

No obstante, según comentaban en Casa Rosada, es muy probable que sea con otro secretario de Obras Públicas. Chain no se mostró contrariado en cambiar de área: “Ya pusimos en marcha la gestión. Veamos dónde soy más útil”, dijo, confiado de que no se va a su casa.

Otra superposición de áreas que tarde o temprano Macri deberá resolver es la de migraciones: hoy se la disputan Frigerio y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. 

El ministro de Medio Ambiente es el otro que sigue apareciendo como una posible partida, quizás como candidato. Cerca de Bergman, indicaron que al funcionario no le habían comunicado nada, pese a los rumores de que dejará el cargo y el ministerio se reducirá a una secretaría. No es nueva la antipatía que se profesan el rabino y el jefe de Gabinete. Hace algunos meses, Bergman advirtió que, a raíz del bajo presupuesto que le dieron, solo quedaba rezar para que no hubiera incendios forestales. Desde el núcleo duro del PRO, el diagnóstico después de esa frase fue lapidario: “Sergio no juega en equipo”. Es lo mismo que decían de Prat-Gay.