La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente estadounidense, Donald Trump, volvieron a encontrarse cara a cara ayer en Washington, en una cita en la que dieron muestras de mutuo afecto pero sin dejar de lado las diferencias en temas fundamentales como el comercio y el acuerdo nuclear con Irán. Para Merkel fue la segunda visita al actual inquilino de la Casa Blanca tras la del 17 de marzo de 2017, y se produce apenas días después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, fuera recibido con todos los honores durante tres días. La visita de la canciller alemana, en cambio, duró dos horas y 40 minutos.
Merkel dijo ayer que el acuerdo nuclear con Irán firmado en 2015 fue un primer paso, pero “no es suficiente”, y se mostró dispuesta a seguir hablando con el presidente estadounidense, Donald Trump, sobre cómo mejorar el arreglo y contener la influencia iraní en la región. “El acuerdo no es perfecto. Es una pieza de un mosaico, un bloque sobre el que podemos construir una estructura”, dijo la canciller alemana, en una conferencia de prensa junto a Trump en la Casa Blanca.
Merkel definió el acuerdo firmado hace tres años con Irán por Estados Unidos, Alemania, Francia, China, Rusia y el Reino Unido, conocido por sus siglas en inglés Jcpoa, como “un primer paso que ha contribuido a ralentizar las actividades” nucleares iraníes. “Pero también pensamos, desde una perspectiva alemana, que esto no es suficiente para asegurarnos de que las ambiciones de Irán se frenen y se contengan”, agregó Merkel, quien citó en concreto la “influencia geopolítica de Irán en Siria” y otros países de la región.
La canciller alemana expresó una postura similar a la manifestada este martes por el presidente francés, Emmanuel Macron, durante su visita de Estado a Washington, pero Merkel no aclaró si respalda la propuesta del líder galo de negociar un nuevo acuerdo más amplio con Teherán.
Según fuentes gubernamentales alemanas, el objetivo de Merkel es preservar el actual acuerdo, pero está abierta a que se le puedan sumar elementos adicionales.
Sobre el acuerdo nuclear con Irán, la canciller alemana lo consideró “un primer paso” que ayudó a desescalar el conflicto y permitió monitorear mejor las actividades nucleares de Teherán. Sin embargo, sostuvo que no es suficiente para que Irán desempeñe un rol basado en la confianza. “Por lo tanto se debe esperar más”, añadió.
Trump, en tanto, calificó en la conferencia de prensa a Irán como un “régimen asesino” que promueve la “violencia, el derramamiento de sangre y el caos” por todo Oriente Medio. “Tenemos que asegurarnos que este régimen asesino ni siquiera se acerca a un arma nuclear”, expresó.
El acuerdo firmado en 2015 en Viena entre Irán y Estados Unidos, China, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania contempla controles a las actividades nucleares de Irán para impedir que pueda fabricar una bomba atómica a cambio del levantamiento de las sanciones económicas en su contra y la normalización de las relaciones comerciales. En enero, Trump exigió una reformulación del acuerdo y amenazó con retirarse del acuerdo con Irán si los países europeos firmantes del pacto de 2015 (Francia, Reino Unido y Alemania) no negociaban con él cuanto antes un acuerdo paralelo que corrigiera los “defectos” del arreglo original.
Hasta el 12 de mayo el mandatario estadounidense deberá decidir si sigue aplazando sanciones contra Irán. Esta decisión determinará en el fondo si Estados Unidos se mantiene o se baja del acuerdo.
Durante su visita a Washington, Macron presentó a Trump una nueva política para lidiar con Irán, en la que el acuerdo nuclear es uno de los pilares. “Necesitamos un acuerdo justo”, señaló el mandatario francés. El miércoles, Macron pronosticó que Trump acabará con el acuerdo nuclear de 2015 por razones domésticas, a pesar de los esfuerzos europeos por persuadirle de lo contrario.
Trump no dio hoy nuevas claves sobre cuál será su decisión, y se limitó a indicar que había hablado con Merkel sobre cómo “asegurar que el régimen asesino (iraní) no se acerca siquiera a un arma nuclear” y acabe con su proliferación de peligrosos misiles balísticos y su apoyo al terrorismo. “No van a tener armas nucleares. Pueden apostar por ello”, dijo Trump, quien rehusó aclarar si usaría la fuerza militar para impedir que Teherán obtuviera ese tipo de armamento.
Tras reunirse con Trump, Merkel afirmó que Alemania ya redujo su balanza comercial con Estados Unidos, aunque dio a entender que para Trump no era suficiente. Asimismo, se manifestó a favor de que su país y la Unión Europea (UE) continúen las negociaciones con Washington sobre condiciones de comercio justas. Según Merkel, ambos mandatarios también tuvieron un intercambio de puntos de vista sobre los aranceles a las importaciones de acero y aluminio provenientes de la UE dispuestos por Estados Unidos.
Trump tiene previsto tomar hasta el 1 de mayo una decisión sobre si continúa eximiendo a los europeos del pago de aranceles para las importaciones de acero y aluminio. Aunque no dio pistas sobre el futuro de la medida, Merkel dejó entrever que la decisión recaerá en Trump. “El presidente decidirá”, dijo la canciller en Washington.
Los aranceles estadounidenses entraron en vigor el 23 de marzo y gravan con un 25 por ciento las importaciones de acero y con un diez por ciento las de aluminio. La UE está eximida de los aranceles hasta el 1 de mayo, pero pide una exención por tiempo indefinido.
Merkel anticipó además que el Gobierno alemán quiere aumentar el presupuesto de Defensa desde el 1,24 por ciento actual hasta un 1,3 por ciento del producto interno bruto (PBI), y se manifestó a favor de la meta impulsada por Trump de que los países miembros de la OTAN destinen un 2 por ciento del PBI a su presupuesto de defensa para 2024. Trump, no obstante, volvió a marcar sus diferencias. “La OTAN es maravillosa, pero ayuda a Europa más que a nosotros”, expresó.