Gilberto Maringoni –¿Qué hay que hacer ahora?
Lula –Ellos saben que, si vuelvo, voy a hacer más cosas todavía. Cuando uno gobierna y después está cuatro años fuera del Estado tiene tiempo para pensar lo mucho que puede hacer. .
Maria Inês Nassif –¿Cree que es posible volver? ¿Pensando en el escenario de hoy, en febrero de 2018?
Lula –Quiero volver. Depende de que Dios me mantenga vivo, me dé salud. Y depende de la comprensión de los miembros del Poder Judicial que van a votar. Depende de si se preocupan por leer las causas y entender la patraña que se está ejecutando.
Ivana Jinkings – ¿Y qué peso tiene la movilización popular?
Lula – La movilización no resuelve todo. Nosotros hicimos la movilización más importante de la historia de este país, en las Directas Ya. Fuimos al Congreso Nacional y perdimos las elecciones directas por 22 votos.Y no pasó nada. Esperamos al Colegio Electoral en 1985. Hoy no hay nadie movilizándose contra los procesos iniciados contra mí. La gente está a la espera de que las cosas funcionen correctamente, de que las instituciones funcionen y tomen decisiones. Si ocurre algo considerado anormal veremos qué hace la sociedad.
Ivana Jinkings – ¿No cree que ha hecho demasiadas concesiones en los otros dos gobiernos?
Lula – No, hice las concesiones que el momento exigía. Fui elegido presidente con 10 senadores y 91 diputados, en una cámara de diputados de 513 escaños. Y con ese balance desfavorable promoví el ascenso social de los más humildes. Saqué a 36 millones de brasileños de la miseria, llevando otros 40 millones a un nivel de vida de clase media baja, llevé luz eléctrica a más de 15 millones de personas, inicié la transposición del río San Francisco, cosa que Don Pedro intentó hacer en los tiempos en que era emperador. Conciliación es cuando uno puede hacer y no lo hace. Si tuviera la fuerza que tuvo el PMDB en 1988, con 23 gobernadores y 306 constituyentes, habría concedido menos y realizado mucho más. Hemos dado al pueblo un nivel de vida que muchas revoluciones armadas no han logrado En apenas ocho años. Mucha gente me pregunta: “Lula, ¿no creés que el PT necesita hacer autocrítica?”. ¿Saben lo que pienso? Si los que gobernamos y criticamos somos los mismos, ¿de qué sirve la oposición? ¡Entonces, dejen la crítica para los opositores! ¡Voy a defender lo que hice! Si no, no habría oposición (Risas.) Déjenme contarles algo. Una alianza política es algo menos trivial de lo que algunos compañeros de izquierda consideran. No se arma una alianza política porque a uno le gusta. (...) La democracia es buena porque es un aprendizaje todo el santo día. Es tan buena que voy a grabar un vídeo apoyando a Guilherme Boulos, precandidato del PSOL a la Presidencia. ¡Voy a grabar el apoyo! Fui al congreso del PCdoB a apoyar a (la precandidata) Manuela D’Avila, ¿por qué no voy a grabar uno para Boulos?
María Inés Nassif – Pero es un ejercicio esa actividad política ...
Lula – La política es así. Me gusta mucho. Cuando hablo de mezclar política con fútbol y política con historias de matrimonio, es porque es lo mismo. Siempre digo que el mejor ejemplo del ejercicio de la democracia es el matrimonio. Cuando uno se casa (no estoy hablando de casarse en la Iglesia sino simplemente de cuando uno se va a vivir con una compañera, con Iglesia o sin Iglesia), comienza a ejercitarse en lo que es una democracia. Porque es una política de concesión y de conquista todo el santo día. El “dar para recibir” vale para una pareja. Si uno tiene que lavar los platos podrá incluso romper un plato y gritar. Pero lava los platos. O bien, cuando el marido o la mujer le dicen al otro que van a salir, y que se quede cuidando a los chicos, también es un proceso de concesión. Esto es lo que permite mantener la pareja unida. Cuando no funciona, llega la separación. A los dos años. O a veces incluso a a los seis meses. Yo ya fui padrino de matrimonios que a los seis meses se terminaron. En fútbol es ??lo mismo. Es necesario un puntero derecho y uno que juegue por la izquierda. Normalmente los mejores juegan en el medio. Son los del centro los que juegan mejor.
Ivana Jinkings – Hay controversia…
Juca Kfouri – Ivana cree que el mejor es el puntero izquierdo [risas].
Lula – Depende. Si fueran un Canhotero, un Rivellino en la selección de 1970, ahí sí. La democracia es buena porque es un aprendizaje todo el santo día.
Juca Kfouri – Volviendo a Boulos. ¿Usted cree que va a ser candidato?
Lula – Sí. Es una pena que haya elegido al PSOL. Boulos vino a conversar conmigo. También habló con Dilma, con (el senador del PT por Río de Janeiro) Lindbergh Farías y con (el editor de Opera Mundi) Breno Altman. Y con Dilma habló una vez más. Estaba inquieto. Cuando vino a verme le dije: “Boulos, querido, yo soy el único tipo con quien no tenés que charlar. Primero, porque no voy a decir ni una palabra para que no seas candidato. Lo único que lamento es que, sabiendo lo que pensás sobre un partido político soñado, hayas entrado al PSOL. No deberías haberlo hecho. Deberías construir algo nuevo. Si querés ser candidato, presentate. De mi parte no vas a tener ni un gramo de confrontación. Soy tu compañero.” Y él fue muy solidario conmigo. Me parece bueno para Brasil que alguna gente comience a arriesgarse. Es noble para Brasil tener a Manuela, a Boulos. Marina Silva ya no es tan noble. Pero será bueno para Boulos. Va a darse cuenta de que a la gente no le gustamos tanto como creemos que le gustamos. Va a darse cuenta de que no todos los que nos saludan con amor, después nos votan.
Ivana Jinkings – Presidente, retomando, para concluir: ¿por qué considera importante que usted sea otra vez candidato?
Lula – Estoy obligado a dejar mi humildad de lado y decirles una cosa con mucha seriedad y serenidad. En este momento de la historia del país, ante la ausencia de gente mejor hay que tener a alguien con credibilidad. Alguien en quien la sociedad confíe. Alguien que recupere la credibilidad internacional. Yo usaría 100 mil millones de reales de las reservas para hacer que el país vuelva a crecer. Y sólo puede proponerlo quien crea en lo que está haciendo. Si confío en mi propio programa le puedo decir al pueblo brasileño: “Miren, no pueden continuar así. El BNDES va a volver a financiar el crecimiento económico, la Caixa Económica volverá a financiar la vivienda, el Banco do Brasil volverá a financiar al pequeño productor y este país volverá a crecer”. ¿Aumentará la deuda? Sí. Pero la vamos a pagar. Y vamos a pagar cuando el PBI crezca. ¿Alguien tiene el coraje de decir esas cosas en voz bien alta? Yo tengo la credibilidad suficiente como para decirlo. Creo que soy la persona con más credibilidad para hablarle a una persona de 80 años y a una de 20. Por eso que quiero volver. Estoy convencido de que puedo ayudar a resolver los problemas del país. Así como estoy convencido de otra cosa: la verdad vencerá.