“La Argentina tiene dos pactos civilizatorios: la educación pública y el Nunca Más. Ambos están cuestionados hoy desde el poder”, advirtió María Seoane al abrir el viernes la presentación del último número de la revista Caras y Caretas en el stand del Grupo Octubre en la Feria del Libro de Buenos Aires. Del panel del viernes participaron Carolina Mera –decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA–, el exministro de Educación Alberto Sileoni, el exdirector de la Biblioteca Nacional Horacio González y Adriana Puiggrós. Todos especialistas en educación y convocados por el editor Fernando Matos para reflexionar sobre el tema central del último número: el centenario de la Reforma Universitaria.
El significado de la autonomía universitaria hoy, el rol social que debe la educación superior a la Nación, los peligros que la acechan, su mercantilización, sus deudas y hasta la potencia literaria del Manifiesto Liminar, sostén filosófico de la Reforma Universitaria, fueron algunos de los puntos que tocaron durante sus intervenciones.
“Una de las deudas que tenemos en la Universidad es la equidad de género”, señaló Mera. Con una población universitaria compuesta en un 55 por ciento por mujeres, tienen una presencia mucho menor en los cargos jerárquicos. Para Mera, el avance de los derechos ganados por la Reforma –y también en otros campos– debe sostenerse en los colectivos de mujeres. “Los movimientos de mujeres pudieron poner un freno al avance contra los derechos que otros ámbitos no pudieron organizar”, observó. También destacó la transversalidad de estos movimientos.
Sileoni, por su parte, hizo un recorrido por las distintas leyes que marcaron a la educación superior en la Argentina y destacó la importancia de la apertura de nuevas universidades con anclaje territorial fuerte. También criticó el ajuste presupuestario que el macrismo impulsa contra la universidad pública y cómo esto impacta, por ejemplo, en las becas contra los estudiantes. “El Plan Progresar es cada vez más restrictivo -fustigó–. Parece que a la clase media le pedimos esfuerzo, pero a los pobres les pedimos heroísmo”. Sileoni dicta clases en la Universidad Nacional de Hurlingham, donde el 55 por ciento de los estudiantes son padres y madres. “Ya es un esfuerzo enorme para ellos avanzar en los estudios”, señaló. “Hoy la universidad está mucho más cerca del pueblo, se hace cargo de sus problemas y si un alumno se va, es un dolor”. Además, durante su intervención, el exministro alertó contra el avance de la mercantilización educativa, una de las exigencias de la OCDE al país para convertir al país en miembro pleno de su organización. “A la resistencia que pide Carolina (Mera), yo añado organización, porque este gobierno desdeña la universidad pública”.
A su turno, Puiggrós advirtió que el gobierno “lleva la idea liberal de 1918 al extremo y así destruye la idea misma de universidad, dejándola subordinada a los intereses mercantilistas”. Para ella, también, la mercantilización es uno de los peligros que acecha no sólo a la educación pública, sino a la sociedad. “La ley menemista abrió las puertas a la comercialización y el arancelamiento”, recordó.
Horacio González, en tanto, consideró que “el macrismo es mimético con lo que no puede destruir” y advierte en los continuos avances sobre el sector la intención de arrasar con él. “Este gobierno de iletrados se construye en el altar de la desmemoria”, definió y llamó a las universidades a pensar las ciudades en las que se asientan. “La Reforma Universitaria fue un modo radical de la democracia que hay que recuperar”, sentenció.
El próximo 10 de mayo a las 20, anticipó Matos, la revista presentará en la Feria su siguiente número, dedicado a los cincuenta años de la C.G.T.