La Cámara Federal porteña dejó firmes los procesamientos y al borde del juicio oral a los integrantes de la banda que intentó traficar casi 400 kilos de cocaína en valijas que se escondieron casi un año y medio en la embajada rusa en Buenos Aires, informaron fuentes judiciales.
Los integrantes de la sala I, Jorge Ballestero y Leopoldo Bruglia, confirmaron el fallo de primera instancia del juez Julián Ercolini que el 13 de marzo último procesó al ex policía de la Ciudad de Buenos Aires, Iván Blizniouk (35) y al mecánico Alexander Chikalo (37).
La defensora de los imputados, Liliana Borysiuk, apeló la medida al tribunal de alzada al considerar que la resolución resultaría producto de una “arbitraria valoración de la prueba” y cuestionó que las escuchas que constan en la causa no hayan sido realizadas por un traductor público oficial.
“Al fundar el pronunciamiento motivo de crítica, el magistrado de la anterior instancia tuvo en miras, no sólo el contenido de las escuchas telefónicas efectuadas, sino toda una serie de eventos que, concatenados a ellas, permiten inferir, con el grado de probabilidad necesario para esta etapa, que cada uno de los encartados participó activamente de la agrupación ilícita que allí se reconoce como existente”, señaló la Cámara. En ese sentido –afirmaron los jueces– “las tareas dispuestas en la causa fueron arrojando, en la progresividad de los hechos pesquisados, la existencia de una nutrida cantidad de personas organizadas, fundamentalmente, para la obtención, distribución y exportación de estupefacientes”.
Respecto del pedido para dejar sin efecto la prisión preventiva, la sala I entendió que debe ser rechazado debido a “la complejidad de la maniobra investigada y los medios a disposición de la organización criminal”.
También mencionaron que se están llevando a cabo medidas para determinar la existencia de otros implicados en los sucesos denunciados, vinculados a Blizniouk y Chikalo.
Por esos motivos, ambos seguirán procesados como coautores de “comercio de estupefacientes –en la modalidad de almacenamiento– agravado por la intervención de tres o más personas” y sus bienes embargados en 10 millones de pesos.
La banda comenzó a ser descubierta el 13 de diciembre de 2016, cuando el embajador ruso en Buenos Aires, Viktor Koronelli, se comunicó con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para denunciar la presencia de doce valijas con un contenido sospechoso dentro del colegio adjunto de la sede diplomática.
Alertado del hallazgo, el juez Ercolini ordenó que Gendarmería revisara el contenido, que resultaron ser 389 kilos de cocaína, pero como se quería detener a toda la organización, se cambió la droga por harina y se montó un sistema de monitoreo y rastreador satelital de las valijas.
Luego de que la banda intentara sacar la droga de la embajada, sin chances, en diciembre último se realizó una “entrega vigilada” de la cocaína cuando un alto funcionario ruso estuvo en Buenos Aires y se subieron las maletas al avión que lo trasladaba. Para el juez, se encuentra acreditado que Blizniouk y Chikalo integraban la banda junto con el empresario Andrey Kovalchuk (50), conocido en la causa como “el señor K”; Ali Abyanov, ex agregado económico de la embajada rusa en Buenos Aires, y Vladimir Kalmykov e Ishtimir Khudzhamov (Timur), quienes fueron a retirar las valijas cuando llegaron a Moscú y fueron detenidos allí.
Según el magistrado, todos “tomaron parte en una organización trasnacional con conexiones en varios países –al menos en Argentina, en la Federación Rusa, en la República Federativa Alemana y en el Reino de los Países Bajos– dedicada al tráfico ilícito de sustancias estupefacientes”.
Si bien se especulaba con que Kovalchuk podría ser el jefe de la banda, las autoridades del Servicio Federal de Seguridad de Rusia informaron al juez que según los datos que manejaban, “los compradores verdaderos (dueños de la cocaína) están en Holanda o Bélgica” y negociaban con “K”.