Desde Xcaret. El gran teatro Tlachco de Xcaret, emplazado en el corazón natural de la Riviera Maya, tuvo una cálida acogida caribeña para los artistas de Iberoamérica. La quinta edición de los Premios Platino, promovidos por la Entidad de Gestión de los Derechos de los Productores Audiovisuales (Egeda) y la Federación Iberoamericana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales (Fipca), se desarrolló en un recinto ubicado en plena naturaleza, a diferencia de otros años. Zama, cuarto largometraje de Lucrecia Martel, no pudo ganar como mejor película, ni tampoco La cordillera, de Santiago Mitre. El premio mayor fue para la chilena Una mujer fantástica, de Sebastián Lelio. Pero el film de Martel tuvo su presencia triunfadora en la tierra mexicana: cosechó los Platino a Dirección de Arte (la brasileña Renata Pinheiro, quien al subir a recibir el galardón gritó: “¡Lula libre!”), Dirección de Fotografía (Rui Pocas) y Dirección de Sonido (Guido Berenblum). Pero el gran ganador de la noche fue el largometraje chileno que, además de triunfar en la categoría Mejor Película, también logró los Platino a Mejor Dirección, Mejor Guión, Mejor Actriz (la artista trans Daniela Vega) y también en Montaje (Soledad Salfate). El film de Lelio cerró un ciclo exitoso que tuvo su pico en marzo pasado cuando se alzó con el Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa.
Martel no pudo ganar, entonces, ni en Guión ni en Dirección. En el rubro Opera Prima tampoco tuvo reconocimiento el cine argentino: La novia del desierto, de Valeria Pivato y Cecilia Atán –que tuvo su première mundial en el Festival de Cannes 2018-, perdió frente a la española Verano 1993, de Carla Simón. Mejor suerte tuvo la Argentina el debut en el rubro Mejor Interpretación Masculina en Miniserie y Teleserie, que se premiaba por primera vez en los Platino junto con el de Interpretación Femenina en Miniserie y Teleserie: Julio Chávez triunfó por su actuación en El maestro, de Daniel Barone (Pol-ka). El actor no estuvo presente en la gala y lo recibió Barone, quien dijo las palabras que le pidió Chávez: “Julio lo comparte con sus compañeros de terna y se lo dedica a su gente querida”. Sin embargo, El maestro no triunfó como Mejor Miniserie, ya que la vencedora en esa categoría fue la española El ministerio del tiempo. El premio a la Mejor Interpretación Femenina en Miniserie o Teleserie fue la de la española Blanca Suárez por su trabajo en Las chicas del cable. La cordillera no logró el premio mayor pero tuvo su parte compensatoria con el Platino a la Mejor Música Original, que fue responsabilidad del español Alberto Iglesias.
Cuando Vega subió a recibir el premio a Mejor Actriz invitó “a levantarse por la mujer, por los derechos humanos, por los hombres y mujeres olvidados en el tiempo”. La actriz --que en Una mujer fantástica interpreta a una mujer trans que hace valer su derecho al duelo frente a los atropellos de la familia de su amado fallecido--, le señaló a PáginaI12: “La película busca cuestionarse lo que estamos viviendo como sociedad y más que intentar responder preguntas, quiere hacerse preguntas. La respuesta sería entonces otra pregunta: cómo desprendemos desde el arte nuevas realidades que, en verdad, han estado siempre ahí. Y la película se cuestiona el cuerpo, el amor, la muerte, la familia, la moralidad. Si pasa por un lugar político, es porque está pendiente. Y si está pendiente, la tarea del arte es sólo mostrar aquello. No es tarea del arte solucionarlo. Es tarea del espectador --que, por ejemplo, también puede ser un legislador--, solucionar problemas de los países en donde vivimos”. Como Una mujer fantástica estimuló el debate social por los derechos de las personas transgénero, Vega explicó: “Vengo de un país donde no hay identidad de género, un país donde la polarización política y económica es muy fuerte. Por lo tanto, no tenía ninguna herramienta para poder sobrevivir en Chile. Y yo hice mi tránsito hace quince años. Por lo tanto, el mundo era otro, Chile era otro y el arte salvó mi vida porque fue un lugar donde me permitieron trabajar sin preguntarme de dónde venía ni para dónde quería llegar”.
La mayor competidora en el rubro era la argentina Sofía Gala Castiglione, protagonista de Alanís, de Anahí Berneri, por la que ya había ganado la Concha de Plata en San Sebastián y el premio a la Mejor Actriz en los festivales de Guadalajara y La Habana. “Vi la película y me encanta. Me encanta Daniela y todas las actrices nominadas. Con Daniela compartimos premio en el Festival de La Habana, las dos ganamos como Mejor Actriz”, comentó Castiglione en diálogo con este diario. “Una mujer fantástica también abrió un debate. Me parece que justamente son dos películas que siempre se relacionaron. Salieron casi al mismo tiempo. Y abren el debate sobre los derechos de la mujer, en cualquiera de sus formatos”.
Como mejor actor ganó el chileno Alfredo Castro, protagonista de la coproducción chileno-argentina Los perros, segundo largometraje de la directora Marcela Said, y con un guión escrito por ella misma. El film aborda la historia de una mujer de la clase acomodada chilena, hija de un importante empresario forestal, que está casada con un arquitecto argentino. Ella tiene un viraje en su vida cuando conoce en sus clases de equitación a Juan, un coronel retirado (Alfredo Castro), que fue agente de la DINA y que está procesado por la Justicia por crímenes de lesa humanidad.
Tras su reciente participación en la ceremonia de los Oscar, Eugenio Derbez, uno de los rostros más internacionales de la industria audiovisual mexicana, fue el conductor de la gala de los Platino. No siempre tuvo tacto con los chistes y algunos de ellos resultaron un tanto peyorativos hacia la comunidad latina, a la que el propio actor pertenece. La gala tuvo números musicales como los de la española Malú y el argentino Axel, los raperos Arkano y Aczino, Morat y Maná, para luego concluir con canciones tradicionales de la música mexicana.
En la ceremonia, la actriz mexicana Adriana Barraza recibió el Premio Platino de Honor, el mismo que tuvieron en ediciones anteriores la brasileña Sonia Braga, el español Antonio Banderas, Ricardo Darín y el estadounidense --de ascendencia mexicana-- Edward James Olmos. El encargado de entregarle el galardón fue el presidente de Egeda, Enrique Cerezo, quien señaló que el motivo de la distinción fue porque “es una gran actriz, por su faceta solidaria, y también por su amor a México y al cine mexicano”. Barraza dedicó su premio a Jesús Daniel Díaz García, Marco Francisco García Avalos y José Salomón Aceves Gastelum, estudiantes de cine de la Universidad de Medios Audiovisuales de México que fueron raptados y asesinados por un cartel de ese país. La “gran dama del cine iberoamericano” -–como se la conoce en México-- atesora una de las filmografías más destacadas con más de cincuenta títulos, entre los que se encuentran, por ejemplo, dos largometrajes dirigidos por Alejandro González Iñárritu: Amores perros y Babel. Barraza se refirió al momento actual, con el surgimiento de movimientos como Me Too y Time’s Up: “Creo que el abuso -–porque no es solamente un abuso a las mujeres sino también para los hombres y especialmente para los niños-- es algo deleznable. El abuso no tiene que existir. Cuando yo era niña, era difícil que los niños fuéramos escuchados. Era la costumbre. Pero en este momento, esa situación espantosa, como es el abuso a cualquier persona, no tiene que suceder. Tenemos que denunciarlo”, afirmó Barraza pidiendo también “verdad y justicia”.