PáginaI12 En Brasil
Desde Brasilia
La cárcel no lo calló: Luiz Inácio Lula da Silva envió en mensaje a los miles de manifestantes que se dieron cita ayer en Curitiba para participar en el acto del Día del Trabajador que contó con la presencia de todas centrales sindicales de Brasil, y delegaciones del exterior, entre las que se destacó una integrada por dirigentes gremiales de Argentina. Hubo una ovación cuando se anunció el mensaje en la plaza Santos Andrade que poco después quedó recogida en un silencio de misa para escuchar las palabras del líder ausente.
En el momento más alto de su misiva el ex tornero mecánico dijo recibir con “esperanza (..) nuestra lucha democrática de todos los días, que nos fortalece para superar el triste momento presente y para construir un futuro de paz y prosperidad, viva el día de los trabajadores, viva el día de las trabajadoras, viva Brasil y el pueblo brasileño”.
Gleisi Hoffmann, presienta del Partido de los Trabajadores y portavoz de Lula, fue la encargada de leer ante “esta plaza con 40 mil personas” el texto que arrancó con un tono más reflexivo: “Brasil vive este primero de mayo con tristeza pero con esperanza. Es con tristeza que vivimos este momento en el que nuestra democracia está incompleta con un gobierno ilegítimo en el poder, con el desempleo que crece, con un mercado de trabajo que supera los 100 millones de personas donde apenas 33 millones son trabajadores formales, y una multitud de más de 13 millones está desempleada. El país sufrió con el gobierno de Temer el más duro golpe a los derechos de los trabajadores”.
Luego reseñó los “sacrificios que diariamente hace la mayoría de la población porque ya no hay abundancia en la mesa, hasta hay familias que tienen que cortar leña para cocinar porque no pueden pagar una garrafa de gas”. Repasó los años de las administraciones del PT, iniciadas con su primer mandato el 1 de enero de 2003 y finalizadas con la caída de Dilma Rousseff el 12 de mayo de 2016, cuando Michel Temer la desalojó del Palacio del Planalto en un golpe citado ayer por varios de los oradores que participaron en la concentración. “¿Ustedes se acuerdan de la prosperidad de Brasil en aquellos tiempos cuando Brasil iba bien y la prensa criticaba?”, indagó. Y en seguida contrastó, “ahora Brasil va mal y los medios hablan de una retomada de la economía”.
Pero la “sabiduría popular” no se deja llevar por la “propaganda masiva” a favor del régimen de excepción diseminada a través de la cadena “Globo que controlan la mayor parte de las comunicaciones de este país,” señaló. “Las encuestas demuestran que el pueblo sabe cual es el camino para volver a tener un Brasil mejor, con más inclusión social, democracia y felicidad.
Un Brasil donde los trabajadores tengan derecho a tener derechos, donde los trabajadores puedan tener una vida digna, donde ningún niño pase hambre o tenga que pedir limosna”.
Ubicado al frente de los sondeos de opinión con el 31 por ciento de intención de voto, Lula no habló explícitamente de su candidatura, pero sí lo hizo Gleisi Hoffmann al asegurar que en el PT “no hay un plan B”. Es decir, no se baraja la alternativa de presentar otro postulante que no sea Lula en los comicios del 7 de octubre, incluso en la hipótesis de que permanezca arrestado.
El segundo en las encuestas es el ex capitán del Ejército Jair Bolsonaro, también candidato presidencial, y uno de los más interesados en la proscripción de Lula. Recientemente se burló del ex presidente apuntándole con la mano en forma de revólver. La consigna “Bolsonaro Presidente” fue gritada el sábado pasado por un grupo que se paseó frente al campamento montado por campesinos sin tierra, sindicalistas y miembros del PT en vigilia hasta que Lula recupere la libertad.
Minutos después de esa provocación un hombre (¿también bolsonarista?) disparó contra las carpas hiriendo de gravedad a Jefferson de Menezes, un gremialista de San Pablo, y a la abogada Marcia Koakoski, ambos recordados ayer por Gleisi Hoffmann y aplaudidos con respeto por el público.
Wagner Freitas, presidente de la Central Unica de los Trabajadores (CUT), convocó a “marchar unidos por la democracia” y la libertad de Lula, ante una Plaza Santos Andrade dominada por banderas rojas. Uno de los temas más citados durante y antes de la concentración fue la inédita participación de las siete centrales sindicales en un mismo acto del primero de mayo.
También se habló de la presencia de Dilma Rousseff en Buenos Aires y las expresiones de solidaridad que ayer recibió Lula en Argentina, México, Francia y Alemania. “Nos une el ataque a los derechos de los trabajadores, y lo que corona el acuerdo es que coincidimos en pedir la libertad de Lula”, dijo Carmen Foro, vicepresidenta de la CUT, al comentar las coincidencias con otras organizaciones gremiales.
La movilización concluida en el centro de Curitiba ayer por la noche había comenzado por la mañana a unos ocho kilómetros de allí en la Superintendencia de la Policía Federal. Un nutrido número de militantes, posiblemente uno de los más numeroso desde que el ex presidente está encerrado en una celda del cuarto piso, le dedicó un retumbante “¡Buenos Días Presidente Lula!”.