“La corrida cambiaria que comenzó la semana pasada parece no tener fin. Ya se llevó cerca de 5000 millones de dólares de las reservas del Banco Central y exigió un incremento de 300 puntos de la tasa de interés pero no pudo frenar la subida del dólar que se devaluó un 5 por ciento. Antes que el aumento de las tasas en Estados Unidos o la nueva alícuota del impuesto a las ganancias sobre Lebacs, la principal causa ha sido la errática política cambiaria del Banco Central con la gran devaluación en 2016, la libre flotación en 2017 y la decisión de pisar el dólar en 2018 para no seguir alimentando la inflación. El escenario actual complica el frente externo porque los acreedores ven que la economía no genera los dólares genuinos para el pago de intereses y capital de la abultada deuda externa que tomó el gobierno en estos años. A esto se le suma el haberse atado de pies y manos, eliminando instrumentos de regulación como el control al ingreso y salida de capitales especulativos y la no obligación por parte de exportadores de liquidar sus divisas. Este episodio muestra el fin de la luna de miel del gobierno con ‘los mercados’ porque los grandes operadores no están dispuestos a seguir posicionados en activos en pesos y quieren dolarizar parte de sus carteras, es decir, hoy la alta tasa no contiene la corrida y el valor del dólar se seguirá disparando”.
* Director de la Carrera de Economía de la Universidad Nacional de Moreno.