Eléctrica, la serie web que hace unos años ilustró la dinámica interna de una productora, tiene su versión teatral. “Si bien después de la primera temporada hicimos una pequeña segunda temporada y cosas para algunas marcas, latían en nosotros las ganas de hacer algo más”, dice a PáginaI12 Esteban Menis, creador de la serie –en la que encarnaba al tirano Jonathan Mayer– y autor del espectáculo que puede verse en el Metropolitan (Corrientes 1343, sábados a las 00.30). “Al no conseguir el dinero que queríamos para producir algo bien, surgió casi al unísono la idea de hacer una obra”, relata. En el proceso de adaptación, el desafío fue el desprendimiento del lenguaje audiovisual. Y el resultado, una propuesta “puramente teatral”.

Protagonizada por Menis y Liniers, la sitcom apareció en 2013 en el sitio del canal de la Universidad de Tres de Febrero (UN3). Recreaba el detrás de escena de una productora de contenidos para televisión y publicidad, con Mayer como jefe. De la obra Liniers no participa porque está viviendo en Estados Unidos, pero sí Iair Said y Paula Grinszpan (el eterno meritorio y la secretaria). “Todo parece fluir normalmente hasta que una enorme tormenta de dimensiones bíblicas azota la ciudad y obliga a los empleados a permanecer encerrados en la productora. El encierro llevará a los personajes a sus límites emocionales”, se lee en la sinopsis, que adelanta “delirio, absurdo, humor negro y números musicales”. Menis, que trabajó en el guión junto a Sebastián Rotstein, asegura que nadie queda fuera del universo que propone el espectáculo y que, a la vez, quienes vieron la serie podrán reconocer algunos códigos. La dirección está a cargo de Alberto Rojas Apel.

“La idea de un jefe hijo de puta, de un meritorio eterno, como la idea de que aunque te mates laburando vas a estar siempre en el mismo lugar, exceden el mundo audiovisual. Aplica así labures en un consultorio de dentista, una clínica de lo que sea, un bufete de abogados. Aun así, cuando estrenó la serie tuvo mucho rebote. Gente que labura en el medio, que es conocida, se hizo eco”, destaca el director del film Incómodos. Actualmente escribe una nueva serie para UN3 y se prepara para el rodaje en Chile de la película De la noche a la mañana, con dirección de Manuel Ferrari. A fines de mayo estrenará No llores por mí, Inglaterra, de Néstor Montalbano, en la que actúa.

–¿Cómo fue el proceso de adaptación de la serie al teatro?

–Básicamente, lo que no queríamos era hacer una obra típica de algo que pasa de la tele al teatro con todos los artificios, como pantallas de led o televisores. Quisimos desprendernos de todo lo del lenguaje audiovisual y hacer algo puramente teatral. El desafío fue muy grande, porque fue cambiar un formato y trasladarlo a algo que nos guste, que no tenga artificio, sea auténtico y divertido. Explotamos todas las posibilidades narrativas. La mayoría venimos del teatro y de años de actuación. Fue reconvertirlo, apoyándonos en la esencia de Eléctrica, los personajes. Nos desprendimos de la idea de un invitado famoso y aprovechamos un escenario tan importante para jugar con la comedia musical. Fue creciendo, yo pensé que iba a ser algo un poco más chico, la verdad...

–¿Ya había actuado en teatro?

–Estudié desde los 15 a los 20 años con profesores como Rubén Szuchmacher, pero en mi vida trabajé actuando en teatro. Sí como asistente. Mi formación de actor la vertí en cine, publicidad y televisión. Es la primera vez que hago una obra y es ni más ni menos que en el Metropolitan. A los 40 años. Rarísimo. Estoy sorprendido por la cantidad de horas de ensayo. Mis compañeros están más acostumbrados. Ensayamos tres meses, cinco veces por semana, cuatro horas cada día. Es lo más agotador y lo más entretenido de poner el cuerpo.

–Pasaron unos años del estreno de la serie. ¿Cree que el contexto político impregnará la obra?

–Los autores somos personas pensantes que tuvimos la suerte de ser educados en colegios públicos. Me interesa mucho hablar de política. Hablo mucho con mis amigos y todas mis ideas las transformo en comedia, pero no son mi sustento. Y la política no es mi agenda diaria, aunque me tiene en pelotas económicamente, como a la mayoría. No subrayo ni propongo: me parece espectacular que alguien vea algo político en lo que hacemos, y el que no lo vea, no lo ve. Es un trabajo del espectador. La temporada 2 del primer capítulo arranca con una especie de spot, un timbreo en una villa. Y fue hace años... hay cosas que superan la ficción.