River derrotó 1-0 a Independiente Santa Fe, en Bogotá, y se clasificó para disputar los octavos de final de la Copa Libertadores. A falta de una fecha, el conjunto de Gallardo es el puntero del Grupo D, con 11 unidades, y sólo puede perder esa condición de líder ante Flamengo, que debe enfrentar a Emelec y después visitar a River, en el Monumental.
Esquema inusual el que llevó el Millonario a Colombia. Gallardo salió con una línea de cinco defensores, incluyendo a Martínez Quarta entre los habituales cuatro: Montiel, Maidana, Pinola y Saracchi. Pero también cambió en el mediocampo, disponiendo el ingreso del colombiano Quintero, que conformaba el terceto de ataque con Pratto y el Pity Martínez. Afuera quedaron Ignacio Fernández y Mora, habituales titulares en el once ideal que el Muñeco prefiere desde la obtención de la Supercopa, ante Boca.
Este River, más utilitario, tuvo como primer objetivo cerrarle los espacios en ofensiva al local, necesitado de un triunfo para conservar sus aspiraciones de avanzar de instancia en el certamen continental. Y esa misión defensiva fue lograda con éxito desde el arranque, aunque no sólo por méritos del conjunto de Gallardo, sino también por la falta de variantes de los colombianos. Santa Fe avanzaba, intentaba con la proyección de sus laterales, pero todas las acciones concluían en centros bien controlados por los defensores de la visita, por previsibles y porque los jugadores del local siempre llegaban en inferioridad numérica.
Consolidado su trabajo en defensa, River empezó a animarse a buscar en ataque. Y para ello tuvo la zurda inspirada de Quintero. El volante colombiano se hizo enlace y mostraba que su aceleración y sus pases en cortada eran un recurso ideal para desequilibrar. Sobre los 22, Quintero recibió la pelota en la mitad de la cancha, contraatacó cambiando el ritmo y arrastrando a tres adversarios. A la carrera le metió el pase a la derecha a Pratto, quien entró solo y definió ante la salida de Zapata. El golazo para el 1-0 golpeó a Santa Fe, que estuvo a punto de pasar a perder por más goles ante dos arremetidas de Montiel, que no pudo conectar por los acertados cierres de los defensores.
Marcaba superioridad River, porque jugaba tranquilo, porque tenía solidez defensiva, porque mantenía el orden y porque cada vez que se acercaba al área desnudaba la fragilidad defensiva local. Trabajó poco Armani, pero cuando lo llamaron a intervenir salvó su arco del empate mandando al corner un peligroso cabezazo de Perlaza, cuando iban 34 minutos de juego.
River repitió esquema y ejecutores en el inicio del complemento, mientras que Santa Fe redobló la presión en campo contrario y de a poco fue haciendo retroceder al visitante. El conjunto de Gallardo cedió el control de la pelota, entonces Pratto, Quintero y Martínez deambulaban en tres cuartos, aislados y limitados a intentar aguantar algún balón para que los mediocampistas y defensores tomaran algo de aire.
No le gustaba al Muñeco lo que estaba sucediendo y movió el tablero. Mandó al terreno de juego a Ignacio Fernández y a Santos Borré. Así volvió a equilibrar la pelea en la mitad de la cancha y le sumó un motivo de preocupación a los defensores del local, que debieron ocuparse ya no sólo del solitario Pratto, sino también del movedizo Borré. Con estas movidas, River controló los esporádicos intentos de Santa Fe, que siempre encontraron acertadas respuestas de Armani.