La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, mostró su malestar con el jefe de la policía bonaerense, Fabián Perroni, quien ayer había relacionado "la violencia permanente de los delincuentes" con la droga pero también con "una situación social que hace que una persona que tenga la necesidad de comer, delinca". Para la funcionaria la declaración del comisario “no fue muy feliz”.
Desde Washington, adonde viajó por los preparativos de la Cumbre del G-20, la ministra dijo que "los policías hablando de política son un poquito… Me parece que su declaración no fue muy feliz. En primer lugar porque la pobreza en la Argentina bajó, y en segundo porque estamos haciendo una intervención en los barrios más complicados con el plan Barrios Seguros y con planes en todas las provincias, y hay una baja en los homicidios que tiene mucho que ver con esas intervenciones".
Ayer, el jefe de la Bonaerense, había manifestado que "hay gente que delinque (...) por una necesidad, por un apremio económico". Además, agregó que “la violencia permanente de los delincuentes es producto de la droga, pero también hay una situación social que hace que la persona que tenga la necesidad de comer, delinca".
Bullrich buscó contrarrestar las palabras de Perroni esgrimiendo cifras acerca de la reducción de robos y homicidios. "La baja de homicidios en los dos primeros años de gestión (de Cambiemos) es mucha en términos internacionales. Pasamos de una tasa de 7 a 5,2 cada 100 mil habitantes. Es el segundo índice más bajo en América latina, detrás de Chile", dijo la ministra.
Además de responderle al jefe de la mayor policía del país, Bullrich reclamó que se aplique el nuevo régimen penal juvenil que, según ella, contempla “no agarrar a los jóvenes cuando cometieron su primer asesinato sino cuando cometieron su primer delito y desviar la inexorabilidad de su camino criminal”. También subrayó la participación de jóvenes “en todos los últimos casos resonantes” del país.
A pesar de esgrimir cifras que juzga positivas, se permitió citar una frase criticada durante la administración anterior para lamentar que, pese a los indicadores, hay “una sensación de inseguridad que es muy fuerte”.