El cura y abogado a quien la iglesia había ordenado investigar las denuncias contra el cura Justo José Ilarraz confirmó a la Justicia que el sumario diocesano estableció que el acusado sí había abusado de chicos de entre 10 y 14 años en el Seminario Arquidiocesano de Paraná, donde los tenía a su cargo. El sacerdote Silvio José Fariña declaró, además, que Ilarraz fue sancionado por esos abusos, con lo cual –en la que fue la octava jornada del juicio que se le sigue por abusos sexuales y corrupción agravada de menores-desbarató parte de la coartada del acusado, cuya defensa aseguró que nunca había sido notificado de sanción alguna. La declaración del cura abogado, además, detalló que el entonces arzobispo Estanislao Esteban Karlic –quien declarará por escrito, al igual que el obispo Juan Alberto Puiggari y su par tucumano, José María Rossi– estaba al tanto de las actuaciones, tal como el mismo jerarca eclesiástico declaró. Al dejar los tribunales de Paraná, Fariña se limitó a decir que se sentía “aliviado” por haber brindado declaración y que espera “justicia”. En tanto, el abogado de la querella, Marcos Rodríguez Allende, evaluó como “de vital importancia” el testimonio de Fariña para “clarificar cuál ha sido la actuación de la Iglesia por la conducta de Ilarraz”.
Entre 1995 y 1996, Fariña realizó un sumario diocesano contra Ilarraz por orden del cardenal Karlic, un procedimiento tras el cual, declaró ayer a la Justicia, estableció la verdad de las acusaciones contra el preceptor del Seminario menor de Paraná. Durante las casi dos horas que llevó su declaración, el cura abogado detalló ante los jueces Alicia Vivian, Carolina Castagno y Gustavo Pimentel procedimientos internos de la Iglesia en relación con esa investigación. “Fariña en esas dos horas fue muy claro: él fue el instructor de llevar adelante la investigación diocesana, pudo corroborar que hubo abusos sexuales, que existieron dentro de la Iglesia, y que esto fue notificado al entonces arzobispo, monseñor Karlic”, informó al finalizar la audiencia el abogado querellante, Rodríguez Allende. Además, confirmó que luego del proceso eclesiástico hubo “una sanción a Ilarraz, producto de los abusos sexuales” que había cometido contra los niños a quienes debía cuidar.
El querellante estimó, además, que el testimonio de Fariña fortaleció la evidencia en el sentido de que hubo “responsabilidad por parte de Ilarraz” y de que la misma Iglesia lo había admitido, puesto que “resolvió un castigo, una sanción a Ilarraz producto de los abusos sexuales cometidos, que fue trasladarlo a Roma”.
Por otra parte, el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull informó que “Fariña manifestó que el único contacto que tuvo en esos años con Karlic fue por el caso Ilarraz. Y que en ese ámbito de reunión diaria o periódica por este tema, Karlic le dijo que Ilarraz le había dicho que estaba arrepentido”. Por ello, “conocimiento de los hechos, Ilarraz tenía, porque había sido sometido ya a una pericia psicológica en Roma, donde el mismo Ilarraz dice, al declarar, que le habían dicho que era por unos manoseos, restándole gravedad al asunto”.
Ramírez Montrull recordó, además, que en la declaración indagatoria fue el propio Ilarraz quien lo reconoció, al admitir “que sabía quiénes eran las víctimas” que lo acusaban. “En ese contexto, Fariña toma conocimiento por Karlic de su arrepentimiento. Y contó que Karlic tenía contactos con Ilarraz, y esto a raíz de que en ese tiempo, Karlic viajaba mucho a Roma y tenía reuniones con ilarraz por esta cuestión”. De ese modo, “lo iba anoticiando Karlic a Ilarraz. Y que Karlic lo debe haber anoticiado de la sanción que le impusieron porque de hecho la cumplió, no viniendo más a la diócesis”, añadió el funcionario judicial.