Con el objetivo de descomprimir la demanda de billetes verdes, el Banco Central dispuso ayer reducir la tenencia de dólares en cartera de las entidades financieras. Dentro del paquete de ajuste, que incluye subir la tasa de interés rectora a un 40 por ciento anual, el BCRA resolvió reducir del 30 por ciento actual al 10 por ciento a partir del lunes la “Posición General de Cambios (PGC)” de los bancos. El Gobierno los responsabiliza de la corrida de los últimos días.
El PGC considera todos los activos y pasivos de intermediación financiera en moneda extranjera y en títulos nominados en divisas. La medida de forzar una liquidación de dólares representaría, como máximo, una oferta extra de unos 2000 millones, equivalente a menos de dos días de intervención como en los últimos 15, cuando la autoridad monetaria llegó a dilapidar más de 1400 millones en reservas en una sola jornada. El impacto puede ser cero si, como aseguran en el mercado, los bancos ya están más cerca del 10 que del 30 por ciento límite de posición en moneda extranjera.
Determinar la magnitud de la tenencia de activos en dólares por parte de las entidades financieras es una potestad del Central, regulación que le permite intervenir de manera indirecta en el mercado de cambios. Cualquier modificación de ese límite pretende manejar la cantidad de dólares en el sistema para que tenga un efecto en los precios de la divisa. Si sube el límite, los bancos tienen más margen para demandar divisas. Bajar el tope busca el efecto contrario: más oferta volcada en el mercado y una caída consecuente en el precio. Todo esto resulta aplicable dentro de un escenario de cierta normalidad financiera.
Cuando asumió el gobierno de Cambiemos, la regulación del Banco Central establecía un tope del 10 por ciento. En el PGC se computan también los depósitos en dólares en el Central, la posición de oro, la deuda subordinada en moneda extranjera, instrumentos representativos de deuda en divisa y operaciones a término. La política de flexibilización financiera que implementó el Gobierno incluyó relajar ese límite en etapas. La última fue en mayo de año pasado, cuando el ingreso de divisas por la toma de deuda presionó a la baja al dólar. Entonces, la entidad que conduce Federico Sturzenegger autorizó un último escalón de liberalización, llevando el límite de la Posición Global Neta de Moneda Extranjera (PGNME) del 25 al 30 por ciento. En mayo del año pasado además entró en vigencia la autorización para que los bancos determinen libremente el nivel y uso de sus activos externos líquidos, pero siempre dentro de los límites establecidos de tenencia.
Con la corrida contra el peso, que le costó al Central 7839 millones de dólares de reservas en los últimos dos meses, retrocedió ese camino para volver a llevar el tope de tenencia de dólares a los niveles previos a diciembre de 2015. “Con vigencia a partir del 7 de mayo, la posición global neta positiva de moneda extranjera de las entidades financieras computada en saldos diarios al tipo de cambio de referencia no podrá superar el 10 por ciento de la responsabilidad patrimonial computable o los recursos propios líquidos, ambos del mes anterior al que corresponda, lo que sea menor”, comunicó el organismo, en simultáneo con la conferencia de prensa que realizaron los ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y de Finanzas, Luis Caputo (ver aparte).
El impacto que tendrá la medida es limitado, evalúan en la city. Según el último informe de Evolución del Mercado de Cambios y Balance Cambiario, “las entidades financieras registraron un stock de la PGC de 3081 millones de dólares a fines de marzo de 2018”. “El 63 por ciento de los cuales correspondieron a tenencias de billetes en moneda extranjera, stock que es conservado para atender posibles retiros de depósitos locales en moneda extranjera y necesidades del mercado de cambios”. El stock de billetes al cierre de marzo fue de 1944 millones de dólares. A fines de diciembre, la posición en moneda extranjera superaba los 6500 millones de dólares, de los cuales el 77 por ciento era stock de billetes.
Teniendo en cuenta que los actuales 3081 millones de dólares se encuadran en los límites de tenencia, una reducción de dos tercios, al pasar de un tope de 30 por ciento a uno de 10, permitiría a los bancos volcar un máximo de 2054 millones, un monto exiguo si se compara con las abultadas ventas del Central en la plaza cambiaria para contener la corrida contra el peso.
Esta cifra reconocería que los bancos están cerca del límite permitido. No obstante, fuentes del mercado sostienen que la tenencia de dólares de los bancos privados está más cerca de la nueva pauta que del tope vigente de 30 por ciento. Si esto es así, la oferta de dólares por el desarme de cartera de las entidades financieras podría ser cercana a cero. Las estimaciones de consultoras privadas, coinciden en que un escenario favorable sería que los bancos venden entre 1800 y 2000 millones de dólares.