El partido de izquierda Francia Insumisa organizó ayer en París una multitudinaria manifestación para protestar contra el primer año de presidencia de Emmanuel Macron, a quien acusan de llevar a cabo reformas antisociales y de gobernar para los ricos.
Bajo un fuerte dispositivo de seguridad, unas 160.000 personas según los organizadores, 40.000 según la policía, participaron de la irónicamente bautizada “Fiesta de Macron”. La marcha fue convocada para condenar el primer año de gobierno del jefe de Estado, quien viene actuando, según denunció el promotor de la manifestación, François Ruffin, como un Robin Hood al revés: sacándole a los pobres para dar a los ricos. El diputado izquierdista se esforzó en señalar que mientras se han reducido una serie de ayudas sociales para los comedores escolares o para las asociaciones, el jefe del Estado acababa de hacer lo que llamó un regalo de 1.000 millones a los más ricos del país con la supresión del impuesto conocido como “exit tax” para los que tienen un importante patrimonio y establecen su domicilio fiscal en el extranjero.
Con disfraces, carrozas y pancartas provocadoras, los manifestantes marcharon desde la céntrica plaza de la Ópera a la de la Bastilla en un ambiente festivo y de buen humor.. “Alto al golpe de Estado social”, “Corro menos rápido que en el 68, pero grito más fuerte” o “Macron basta de circo”, rezaban algunos de los carteles contra el mandatario.
Aunque la manifestación se de- sarrolló pacíficamente, se vivieron momentos de tensión en la plaza de la Bastilla cuando una decena de encapuchados empezó a atacar a móviles de radio y televisión, exigiéndoles que se fueran, lo que derivó en la intervención de los antidisturbios. También en esa plaza un agente resultó herido, pero no de gravedad, al recibir el impacto de proyectil. En total, cuatro personas fueron detenidas por las fuerzas policiales en los controles practicados en los accesos, por llevar objetos considerados armas no autorizadas.
Unos 2.000 policías y gendarmes fueron desplegados para garantizar el orden de la convocatoria, un tercio más que durante la manifestación sindical del 1º de Mayo en la capital francesa, que degeneró en graves disturbios al ser infiltrada por grupos violentos.
El temor a nuevos incidentes llevó al gobierno a aumentar el número de efectivos y a acusar a los organizadores de “La fiesta de Macron” de usar proclamas que podían interpretarse como una incitación a la violencia, algo que rechazó La Francia Insumisa. “Somos una concentración feliz y sonriente. Una concentración que condena la violencia y en primer lugar la violencia verbal de los todopoderosos”, dijo al respecto su líder, Jean-Luc Mélenchon, quien salió cuarto en las presidenciales de 2017 con 19,58%, menos de medio punto por debajo del tercero, el conservador Francois Fillon (20,01%).
En Francia se suceden desde hace días las huelgas y jornadas de protesta por la intención de Macron de aplicar una reforma laboral que es rechazada por las centrales sindicales. La imagen del mandatario ha sufrido un fuerte desgaste en su primer año en el poder. Según una encuesta difundida ayer por medios locales, un 52% de los franceses tiene una mala imagen de Macron y un 59% no quiere que se presente a la reelección para el 2022.
La encuesta, realizada por el Instituto Demoscópico Odoxa, fue publicada ayer por los diarios Le Figaro y France Info, y señaló como los principales defectos adjudicados a Macron su falta de humildad e inclinación a favorecer, con sus políticas de gestión, a los sectores más poderosos.
Un 76% de los consultados estimaron que no es humilde, un 72% lo asoció con esa imagen de el presidente de los ricos y un 68% lo ve distante a la ciudadanía. Estas críticas son reiteradas usualmente por los miembros de Francia Insumisa.
Mélenchon afirmó que la protesta de ayer fue sólo una primera etapa. “Confluyan por millones, seamos la marea humana que cambia la historia”, sentenció el líder izquierdista, de cara a la gran marcha que preparan sindicatos y partidos de izquierda para el próximo 26 de mayo. Por su parte, Ruffin señaló ante los manifestantes: “Cuando no tenemos la fuerza del dinero, es necesaria la fuerza de la gente”.