La agencia de noticias estatal turca informó que Turquía y Rusia llegaron a un acuerdo de alto el fuego para toda Siria que no incluiría a las organizaciones acusadas de terrorismo y esperaban comenzaría a aplicarse en la medianoche siria, aunque la información no fue confirmada oficialmente y otras versiones periodísticas vaticinaron que la tregua empezaría en los próximos días. El acuerdo busca extender a todo el territorio sirio el alto el fuego instaurado hace dos semanas en Alepo, en las negociaciones apadrinadas por Moscú y Ankara, que permitió la evacuación de miles de combatientes y civiles de los barrios rebeldes de la segunda ciudad siria. “No tengo suficiente información”, dijo el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, a la agencia Tass. Y declaró que hay conversaciones con el gobierno turco sobre cómo abordar el diálogo con la oposición siria de cara a enero. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pronunció un discurso ayer por la mañana, pero no mencionó el cese del fuego. Un responsable rebelde sirio afirmó en Beirut, bajo condición de anonimato, que los detalles del acuerdo no fueron compartidos con los rebeldes y, por lo tanto, no habría acuerdo.
Si prospera, el acuerdo marcará un hito en el conflicto armado tras meses de negociaciones infructuosas y de que dos diálogos de paz multilaterales se desarrollaran sin éxito en Suiza. Según la agencia de noticias Anatolia, Ankara y Moscú alcanzaron un entendimiento con el gobierno sirio y grupos opositores para un alto el fuego en todo el país, lo que serviría de base para las negociaciones políticas entre el régimen sirio y la oposición que Moscú y Ankara quieren organizar en Astan, la capital de Kazajistán, en enero. En la mesa de negociaciones se sentarían el gobierno sirio de Bashar al Assad y todas las fuerzas opositoras excepto los grupos definidos como terroristas, aunque Anatolia no aclaró cuáles serían las facciones excluidas. Una nueva reunión entre representantes rusos, turcos y de la oposición siria armada se llevará a cabo hoy en Ankara, anunció por su parte la televisión qatarí Al Jazeera.
En los últimos meses, tras superar la crisis provocada por el derribo de un caza ruso por la fuerza aérea de Turquía en la frontera sirio-turca a fines de 2015, Turquía y Rusia comenzaron a cooperar estrechamente en Siria. El acuerdo de ayer se produce dos semanas después de que ambos países auspiciaran un alto el fuego en la ciudad de Alepo, en el norte del país, luego de casi cinco años de enfrentamientos.
Turquía apoya a algunos de los grupos rebeldes que pelean en Siria y desde hace meses invade el norte de Siria para obligar a retroceder al grupo radical Estado Islámico (EI) y a las milicias kurdas, aliadas de Estados Unidos, mientras que Rusia aparece como el principal aliado externo del gobierno de Al Assad y desde hace más de un año pelea codo a codo con el Ejército.
El último acuerdo diplomático alcanzado en esta compleja guerra permitió la evacuación de decenas de miles de civiles y combatientes rebeldes, y la victoria total del Ejército sobre Alepo, la segunda ciudad más importante del país y uno de los principales bastiones que le quedaban a la oposición armada. Naciones Unidas informó ayer que más de 110.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares en el último mes y se instalaron en campos precarios o en alguna de las localidades de las regiones vecinas.
Cerca de ochenta mil personas fueron a parar a zonas controladas por el gobierno sirio, mientras que el resto se instaló en la provincia vecina de Idleb y en otras partes de la provincia de Alepo, todas controladas por la oposición armada. Según la oficina de la ONU en Siria, el número de desplazados podría aumentar en los próximos días y semanas ya que muchas familias siguen registrándose todos los días en los campos.
Mientras un nuevo acuerdo entre Rusia y Turquía dominaba la escena, los combates y bombardeos continuaron ayer en varias parte del país.
El Observatorio Nacional para los Derechos Humanos, organización pro opositora con sede en Londres y contactos en el terreno, denunció ataques en las provincias norteñas de Alepo e Idleb, en Hama y las afueras de Damasco, en el centro del territorio, y en Daraa, al sur.
En total, el Observatorio informó que hubo 23 muertos, diez de ellos menores de edad, y más de 30 heridos. Desde que comenzó la guerra hace casi seis años, más de 250.000 personas murieron y más de la mitad de la población tuvo que abandonar su casa y buscar refugio dentro y fuera del país, según la ONU.