Formado como actor con Horacio Marassi y Ricardo Bartís y como director con Rubén Szuchmacher, Alejandro Vizzotti acaba de estrenar Misterio del ramo de rosas, de Manuel Puig, un texto que el autor nacido en General Villegas escribió en 1987. La obra, estrenada en Londres al año siguiente,desarrolla el vínculo asimétrico que entablan una enfermera y una paciente en la habitación de una clínica privada. Interpretada por Claudia Mac Auliffe y Sonia Novello, la pieza integra al relato inicial otros personajes femeninos que irrumpen en los diversos momentos de ensoñación que viven las protagonistas. “Está construida como un collage de actuación”, opina el director en la entrevista con PáginaI12. “Porque en cada momento las actrices tienen que cambiar su registro y sus recursos por el constante cambio de roles”, justifica.
Precisamente en esos momentos de ruptura, Vizzotti encuentra uno de los motivos que lo llevaron a elegir este texto para su puesta. “Me interesó la forma en que Puig juega con los límites de la convención teatral”, explica. Nacido y criado en Coronel Pringles, el director también asegura sentirse atraído por la pintura que hace el autor de la realidad social de un pueblo chico. “Siento mucha conexión con Puig por haber pasado mi infancia en un lugar donde no había demasiadas cosas para hacer, con los domingos dedicados a jugar en familia a la lotería de cartones mientras escuchaba los relatos de las tías”, describe. Hace 8 años que Vizzotti dirige el grupo De Carencia Virtú, nombre que tiene que ver con la economía de elementos que suele utilizar en sus espectáculos. En la puesta que puede verse en el Teatro Payró de San Martín al 700, la escenografía es de Ariel Vaccaro, el vestuario de Merlina Molina Castaño, la iluminación de Mariano Dobrysz y la musicalización, de Zypce.
Vizzotti encuentra que la trama de Misterio... tiene “una atmósfera cinematográfica que recuerda a esas películas en las que hay una contradicción entre la fantasía de lo que idealmente desea un personaje y la realidad que vive”. Además, el director considera que esta obra de Puig presenta “una trama digna de un policial, llena de intrigas y misterios que no se resuelven”. Son rasgos estos que sin dudas provienen de la fascinación que Puig sentía por los géneros populares, como el melodrama y el folletín. “Hay mucho del relato oral en la narración de estas historias de mujeres”, agrega el director, quien ya había trabajado experimentalmente con El beso de la mujer araña, del mismo autor.
En cada escena de ensoñación que presenta Misterio..., la enfermera y la paciente asumen el personaje de la madre y la hermana de la otra y así reviven episodios del pasado que tienen que ver con aquello que no pudieron vivir plenamente, historias que tienen que ver con los mandatos femeninos de épocas pasadas. Así, se considera que la separación no es la mejor salida ni siquiera para una mujer que se siente ninguneada por su marido, que “hay que ser más grande de alma, y saber comprender que el hombre tiene esa lucha en la calle, que lo trastorna un poco”.
–¿Cómo se resignifica esta obra en el presente?
–A nosotros nos interesó que se releyera desde hoy lo que se podía pensar en el pasado, sobre la situación de una mujer que acepta no separarse a pesar de estar sometida a un marido que la engaña. Es interesante hacer la lectura desde el presente de un personaje que luego de la muerte del marido, se transforma haciéndose cargo de su situación económica.
–¿Qué relación encuentra entre esta obra y otras escritas por Puig?
–Este tema de la emancipación femenina también se encuentra en su novela Cae la noche tropical, donde una señora mayor rompe con aquello que se espera de ella por su condición de mujer y por la edad que tiene. Porque a partir de una pulsión vital que la rejuvenece finalmente se anima a hacer algo completamente inesperado.
–¿Qué otros temas desarrolla Puig en esta obra?
–Además del rol de la mujer, se habla de una dominación de clase: la paciente, que miente y manipula a la enfermera representa a una clase media argentina con delirios burgueses. Y también está la idea esperanzada y optimista de que toda persona puede cambiar con el tiempo.
* Misterio del ramo de rosas, teatro Payró (San Martín 766), domingos a las 18.