La actividad de la construcción anotó un retroceso del 9,4 por ciento en noviembre respecto del mismo mes del año pasado. En los primeros 11 meses, registró una merma del 13,1 por ciento. Así lo informó ayer el Indec. El empleo del sector, según el documento del centro de estadísticas oficial, siguió retrocediendo a tasas de dos dígitos y la construcción termina el año con la peor performance desde 2002, cuando estalló la convertibilidad. La venta en el mercado interno de insumos para la edificación registró contracciones en 7 de los 9 rubros que desagrega el Indec. Los que subieron el mes pasado fueron asfalto, por la reactivación de la obra vial en los últimos meses del año, y cemento portland, que puede asociarse a un mayor ritmo de la obra de infraestructura, la cual en la primera parte de 2016 estuvo paralizada. Las mayores bajas se observaron en hierro redondo, ladrillos, piso y revestimiento. 

El freno de la construcción este año, al igual que ocurrió con indicadores de consumo y producción manufacturera, muestra el fracaso de las políticas ortodoxas del Gobierno para administrar la economía. El sector, que creció 2,5 por ciento el año pasado, termina 2016 con retrocesos interanuales del 3,7 por ciento en agosto, del 13,1 por ciento en septiembre, del 19,2 en octubre y del 9,4 en noviembre. En el segundo semestre del año, pese a los augurios oficiales, no hubo recuperación de la actividad e incluso se potenciaron las caídas. La desarticulación de programas de estímulo como el Procrear, sumado al incremento de los costos y la mayor atracción de otras alternativas especulativas frente a los negocios inmobiliarios, fueron algunos de los elementos centrales que explican el parate del sector.

El personal ocupado en la construcción cayó a 407.650 personas registradas en octubre, cuando eran 455.447 individuos en igual mes del año pasado, lo que equivale a una merma del 10,5 por ciento. A estos 47.797 trabajadores menos en la última medición, deberían sumarse el impacto de la menor actividad sobre los trabajadores en negro, que no son computados por las estadísticas oficiales, pero representan una franja de empleados significativa en el sector. 

Los despachos de insumos al mercado interno continuaron cayendo a un ritmo elevado en noviembre. La venta de artículos sanitarios de cerámica marcó una baja del 22,4 por ciento, mientras que se observaron retrocesos del 20,8 por ciento en hierro redondo para hormigón, del 20,4 por ciento en pisos y revestimientos, del 18,2 en ladrillos huecos y del 7,1 en placas de yeso. 

A diferencia de estas contracciones, se registró un avance del 55,1 por ciento en asfalto y del 1,8 por ciento en cemento portland. Estas subas fueron explicadas por el aumento del gasto en obra pública, particularmente vial, que empezó a observarse a partir de octubre en la ejecución del presupuesto. El cambio de ministros esta semana en el área de Hacienda, sin embargo, abre un fuerte interrogante acerca de cuál será la política de gastos de capital el próximo año. Nicolás Dujovne, en contraste con Alfonso Prat-Gay, tienen un discurso más convencional en materia de erogaciones y viene planteando en los últimos meses la necesidad de apurar el recorte de los gastos. Prat-Gay sostenía, al menos discursivamente, que continuar con el ajuste fiscal era insostenible en términos sociales y, tras el freno en la primera mitad de 2016, las erogaciones habían empezado a subir en términos reales en los últimos meses. 

Las expectativas de los empresarios del sector de la construcción no son buenas para los próximos meses. El 77,3 por ciento considera que la situación de la actividad no cambiará y un 9,1 por ciento piensa que disminuirá aun más. Sólo la tercera parte de las empresas que construye para proyectos estatales considera que, en los próximos meses, la obra pública impulsará los negocios del sector.