Nicolás Dujovne probó ayer el sillón de ministro de Hacienda, espacio que hasta mañana seguirá ocupado por Alfonso Prat-Gay. Después de una intensa mañana en la Casa Rosada donde mantiene todas sus reuniones bajo la supervisión de los vicejefes de Gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, el flamante funcionario se trasladó ayer hacia el Palacio de Hacienda. Por la tarde, Prat-Gay lo recibió en el quinto piso del edificio. Según informó el funcionario saliente, el encuentro les permitió “dialogar sobre el equipo de trabajo y analizar los próximos pasos a seguir”. Existe la posibilidad de que algunos funcionarios mantengan su cargo pero los colaboradores y los lineamientos para la gestión de Dujovne se definen con la Jefatura de Gabinete. A cargo del economista, que no solo se desempeñaba como consultor y analista mediático sino que también como asesor de la UCR en el Senado (ver aparte), quedará el frente fiscal. En ese ámbito el Gobierno se impone como meta reducir el déficit a través de la “eficiencia del gasto” y “reformas tributarias”. De acuerdo al Presupuesto para 2017 el país se endeudará en moneda extranjera por casi 45.000 millones de dólares. Cuando regrese de sus vacaciones el ascendido ministro de Finanzas, Luis Caputo, tiene previsto iniciar con esas operaciones. No hay fecha pero las primeras colocaciones tendrían lugar antes de que termine enero.
Desde que fue designado como responsable de Hacienda, Dujovne pasa gran parte del día en las oficinas de Lopetegui y Quintana en la Casa Rosada. Ambos funcionarios serán sus referentes en la gestión. Los conoció durante la campaña donde el flamante ministro quedó a cargo de elaborar los lineamientos del programa fiscal de la Fundación Pensar. En las últimas horas ese trío comenzó a llenar algunos espacios del equipo que acompañará a Dujovne.
Ayer trascendió que la Secretaria de Hacienda quedará a cargo de Rodrigo Pena. El economista se desempeña debajo de Lopetegui como subsecretario de Evaluación de Presupuesto, una garantía para la coordinación y supervisión pretendida por la Casa Rosada. Pena se presenta como especialista en finanzas públicas y federalismo, y acompañó al embajador argentino en Estados Unidos, Martín Lousteau, en su paso por el área de Producción bonaerense, el Banco Provincia y el Ministerio de Economía. En el Gobierno sostienen que la subsecretaría de Presupuesto continuará bajo el comando de Raúl Rigo, funcionario histórico en un área estratégica para la administración de los fondos públicos.
“El piso de Dujovne es alcanzar un déficit fiscal de 4,2 por ciento del PBI y el presupuesto le marca el camino”, lanzó ayer un funcionario al asegurar que no habrá cambios significativos en el “gradualismo”. Los eufemismos utilizados para referirse al ajuste fiscal tienen como caballito de batalla a “la mejora en la eficiencia del gasto”. Para el Gobierno, la reducción del déficit y la minimización de la intervención estatal son claves para bajar la inflación e impulsar la inversión privada. Sin embargo, las recetas propuestas para alcanzarlo no sólo no lograron revertir los déficits fiscales sino que profundizaron los escenarios recesivos.
En el frente financiero el ascenso a Caputo pretende profundizar el vínculo con los mercados. Durante 2016, seis de cada diez dólares de nueva deuda externa colocados por los países emergentes estuvieron a cargo de la Argentina. Desde el Observatorio de Deuda Externa de la Universidad Metropolitana de los Trabajadores (ODE-UMET) estiman que la reinserción plena del país en el sistema financiero internacional elevó en 11,1 puntos porcentuales el peso de la deuda pública bruta, de 43,5 a 54,6 por ciento del PIB en el año. A pesar de las habilidades exhibidas por el equipo de banqueros que desembarcó en el Palacio de Hacienda, los resultados macroeconómicos no fueron los esperados. El abandono de la política de desendeudamiento y las reverencias al sistema financiero internacional no estuvieron acompañadas por la prometida reducción en las tasas de interés pagadas a los acreedores. En enero, el nuevo ministro de Finanzas volverá a salir a la búsqueda de financiamiento con una colocación que podría superar los 5000 millones de dólares.