Las Abuelas de Plaza de Mayo informaron “con profundo dolor” el fallecimiento de la Abuela Cecilia Fernández de Viñas, quien había sufrido el secuestro de su hija Cecilia Marina, embarazada de siete meses, y de su yerno Hugo Reynaldo Penino. Sus familiares detallaron que sus restos serán velados en Pilar de 10 a 14 y que las cenizas serán esparcidas en el Río de la Plata, desde el Parque de la Memoria. “La familia siente el abrazo cargado con el afecto que ella cosechó”, aseguraron.
El matrimonio fue secuestrado el 13 de julio de 1977, en su domicilio de la ciudad de Buenos Aires. Cecilia estuvo detenida en el CCD "El Vesubio", luego fue llevada a la Base Naval de Buzos Tácticos de Mar del Plata y finalmente a la ESMA, donde dio luz a su hijo, a mediados de septiembre de 1977.
El caso de Cecilia estremeció al país, porque el último contacto que tuvo con su hija fue a través de unos llamados en 1984, cuando ya había regresado la democracia, pero las Fuerzas Armadas mantenían su poderío. “La abuela Cecilia no pudo reencontrarse con su hija, pero sí pudo localizar a su nieto Javier, gracias al trabajo colectivo con las Abuelas, en 1998”, destaca el comunicado de Abuelas. Javier Penino Viñas había sido apropiado por el represor Jorge Vildoza, jefe de la patota de la ESMA y su mujer Ana María Grimaldos.
Las Abuelas de Plaza de Mayo lo ubicaron en 1984, pero los Vildoza se escaparon, primero a Paraguay y luego a Sudáfrica. En 1998 viajó a la Argentina para hacerse el estudio de ADN que comprobó que sus padres eran Hugo Reinaldo Penino y Cecilia Viñas. Después del nacimiento de Javier y aún después del regreso de la democracia, Cecilia se comunicó con su familia mientras seguía secuestrada.
El nieto de Cecilia vive en Londres, pero a lo largo de estos años tuvo algunos encuentros con su abuela. “Ha sido difícil reestablecer su vínculo familiar, pero recuperó el apellido de sus padres y sabe su historia”, detallaron desde Abuelas. En febrero de 2015 participó del juicio a su apropiadora y agradeció el trabajo de Abuelas por restituir la identidad de los niños apropiados en dictadura, como él. Los Vildoza estuvieron prófugos durante 24 años y cuando en 2012 Grimaldos fue finalmente ubicada y arrestada dijo que su esposo había muerto.
“Cecilia descansará en paz, con la certeza de saber con vida al hijo de su hija, de haberlo abrazado, y de haber podido transmitirle su verdad. ¡Hasta siempre compañera!”, finaliza el comunicado de Abuelas