La camioneta en la que viajaba el presidente Mauricio Macri hacia un acto en Villa Traful fue atacada a piedrazos. Desde la presidencia, indicaron que las piedras provocaron “la rotura de dos vidrios del rodado”. El intendente de esa localidad culpó a manifestantes de ATE Neuquén, pero desde el sindicato señalaron que, si bien organizaron un escrache contra Macri por los despidos, no arrojaron piedras. Ayer habían demorado a siete personas presuntamente vinculadas a las agresiones. El Gobierno no informó si separará al jefe de la custodia del Presidente por la falta de previsión.
Macri optó por interrumpir momentáneamente las dos semanas de vacaciones que está pasando en el sur para inaugurar un Centro de Interpretación Turística en Villa Traful. En su discurso, que duró apenas unos minutos, el mandatario abogó por “un futuro sin violencia”. “De nada sirve agredirnos, de nada sirve estar divididos cuando tenemos que estar todos juntos a la hora de reducir la pobreza”, afirmó. Culminó recomendando “pasarlo lindo en familia. No chupen de más, pero pásenla bien”.
Curiosamente, no hubo en su discurso alusiones directas a las agresiones que habían ocurrido previamente, según un comunicado de la presidencia emitido a las 11.15 de ayer. Se titulaba: “Agredieron el vehículo en el que viajaba el presidente”. Allí, el Gobierno informó: “Un grupo de alrededor de diez personas lanzó piedras al vehículo en que se desplazaba el presidente hacia el evento de inauguración del Centro de Interpretación e información Turística de Villa Traful, provocando la rotura de dos vidrios del rodado”. El comunicado aclaraba que Macri continuaría su agenda “en forma normal”.
Macri llegó en helicóptero a Villa Traful, a tres cuadras del centro que iba a inaugurar, pero al subirse a la camioneta pidió desviarse para pasar por una fábrica de alfajores regionales. Quería comprar un par de cajas para llevarse al barrio privado donde está pasando sus vacaciones. Macri compró dos cajas (a 80 pesos cada una) y recorrió la fábrica.
No obstante, a la vuelta pasaron por donde estaban los manifestantes que buscaban repudiar los despidos. Allí las versiones se dividen. Desde ATE indicaron que no arrojaron piedras y difundieron videos mostrando cómo la policía provincial los reprimió con balas de goma.
Según el diario Río Negro, Macri en persona bajó la ventanilla e intentó iniciar un dialogo. “Muchachos, es fin de año, que haya calma”, les habría dicho antes de que comenzaran las agresiones. El intendente de Traful, Nicolás Lagos, responsabilizó a ATE. Desde Presidencia, difundieron fotos de los vidrios trasero y lateral de la camioneta, ambos rotos. Rápidamente, se buscó asociar la agresión a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y a su ex jefe de la AFI Oscar Parrilli.
El subsecretario de Seguridad de Neuquén, Gustavo Pereyra, sostuvo que se pidió una orden de allanamiento sobre una cabaña donde estarían los responsables de las agresiones. La policía finalmente ingresó y detuvo a siete personas, cuatro mujeres y tres varones, todos mayores de edad. Fueron trasladados a la comisaría de San Martín de los Andes. Según las autoridades locales, no estaban detenidos sino “demorados”. La fiscalía secuestró dos autos y una moto para requisarlos.
La agresión a Macri tiene un antecedente con lo que sucedió en Mar del Plata, cuando el Presidente y la gobernadora María Eugenia Vidal salían de un acto. La versión oficial en ese caso también fue de un ataque a piedrazos y, aunque se intentó probar una acción coordinada, en la causa quedó claro que eran un hombre y una mujer que arrojaron una piedra en forma aislada. En esa oportunidad, hubo serias dudas sobre el dispositivo de seguridad de la policía bonaerense. En Neuquén, no hubo novedades de la evaluación oficial sobre el desempeño de los custodios. Pese al anuncio que hizo en su momento la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, nunca se compró una camioneta blindada para el presidente.