El ministro de Energía, Juan José Aranguren, consiguió emparchar una medida propia al alcanzar un acuerdo con YPF, Pan American Energy y Shell para congelar en mayo y junio el aumento del precio de los combustibles, que él mismo habilitó a fines del año pasado al atar el ajuste de los precios a la cotización del dólar. Desde la semana pasada, cuando la cotización del dólar se disparó rápidamente, las empresas del sector estaban negociando un nuevo aumento de entre el 5 y 10 por ciento, que el Gobierno buscó evitar para no tirar más nafta sobre la suba de precios. 

De esta manera, el "acuerdo de estabilidad de precios" alcanzado por Aranguren con las petroleras deja la suba de combustibles para julio para "amortiguar los efectos de los aumentos del precio internacional del crudo y las variaciones del dólar" y "contribuir a la estabilización de los precios de la economía", resumió la cartera de Energía, según la agencia oficial Télam. 

En paralelo, el Gobierno prevé mantener los incrementos en las tarifas de servicios —incluso con un veto presidencial en caso de que la oposición alcance a aprobar en el Congreso una ley para congelar las tarifas— y concluirá en junio con el aumento semestral del transporte público. El mes próximo el boleto mínimo de los colectivos en el área metropolitana llegará a 10 pesos, mientras que el incremento en los trenes alcanzará una suba de hasta el 69, 7 por ciento.