"Trabajo para que niños y niñas no lloren a su madre como la lloran mis nietos. Lo que le hicieron a mi hija no tiene perdón ni olvido". Las frases salen disparadas de la boca de Norma Cuevas, una tras otra, como a quien no escucharon durante mucho tiempo. No quiere olvidarse de nadie, y menos de quienes le dieron la espalda y la trataron hasta de "asesina" por pedir un aborto para su hija. Es la madre de Ana María Acevedo, la joven de 19 años que murió en 2007, en Santa Fe, porque no le garantizaron el derecho al aborto no punible ‑tenía cáncer de maxilar y pese a la cesárea tampoco sobrevivió la beba‑ y dejó tres hijos. A días de cumplirse 11 años del padecimiento de Ana, y de toda su familia, la mujer fue declarada visitante distinguida por el Concejo Municipal en el marco del momento social y político por la ley de aborto legal, seguro y gratuito.
Con el pañuelo verde atado al cuello y una remera que reclama "Justicia por Ana María", colgada en la espalda, Norma llegó ayer al Concejo y emocionó como lo hizo hace dos semanas en la Cámara de Diputados de la Nación, cuando expuso para pedir que la interrupción voluntaria del embarazo sea ley. La mujer considera que su voz es necesaria para que nadie olvide "el abandono" que terminó con la vida de Ana.
"Hoy mis nietos tienen 15, 14 y 12 años. Los más grandes entienden todo y saben que hago esto por ellos y para salvar la vida de otras mujeres", le contó a este diario antes de ser la principal oradora en el panel "Por el derecho a decidir" que organizó la concejala Celeste Leprati, autora del proyecto aprobado la semana pasada, para que la sala de un efector rosarino lleve el nombre de Ana María.
Norma es amable, tiene los ojos brillantes y asiente con la cabeza para agradecer el acompañamiento y apoyo de legisladoras y organizaciones de Rosario y Santa Fe. "Si tengo que relatar el sufrimiento de mi hija, durante un año y nueve días, sería interminable. En todo ese tiempo, no le dieron una oportunidad de vida. Le negaron una ligadura de trompas y después le negaron el aborto. Tenía tres hijitos que la estaban esperando", recordó.
"El 17 de mayo van a cumplirse 11 años de lo que pasó y la Justicia no hizo más que un procesamiento para los doctores que todavía están trabajando. Es como que nada pasó, y mi hija no está donde tendría que estar", recordó.
Liliana Leyes, secretaria de Género de ATE, graficó la tenacidad de la mujer al recordar que cuando comenzó su lucha, tras la muerte de Ana, Norma y su marido "hacían dedo" en la ruta para viajar desde Vera ‑donde nació y se crió la víctima‑ a Santa Fe, para impulsar la causa judicial. En tanto, en la lectura de la distinción, se leyó que Norma "ya había sufrido ‑a los 14 años‑ la crueldad del patriarcado en el momento que fue violada. Tuvo una nena como producto de esa violación y sin embargo al día de hoy la justicia no ha llegado", expresa el escrito.
Para Norma, la importancia de la ley es de vida o muerte. "Es para que salve la vida de las mujeres; porque hay madres que dejan más hijos. Eso pasó antes de Ana y sigue pasando después", dijo. "Un cura me acusó a mí de querer matar a una criatura, cuando lo que yo quise fue evitar el embarazo de 15 días y me trataron de asesina. Los asesinos son ellos, porque no salvaron a mi hija ni a la bebé", aseguró.
Al hablar de la situación en Vera, Norma no deja de sorprenderse: "Hay cosas muy importantes que no se hacen, porque hay muchas mujeres enfermas que ya tienen dos o tres chicos, incluso con problemas de salud, y no hacen ligaduras". La pobreza aparece ‑para la mujer‑ como un factor que profundiza la situación.
En el panel estuvieron Ana Clara Ferreyra y Susana Armichiardi, de la Red de Profesionales por el Derecho a Decidir; y por la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, Mabel Gabarra destacó la lucha de Norma y fue más allá: "Salga o no salga la ley, la sociedad no es la misma; hay un cambio de cabeza. Nosotros empezamos a militar la ley con 40 años y ahora lo hacen chicas de 15". Y apuntó a que se aproveche la reforma de la Constitución provincial para que Santa Fe "se defina por la libertad".
Por la tarde, las actividades continuaron en el local de ATE, donde Norma participó de la jornada de Martes Verdes, como parte del pañuelazo.