El presidente chino Xi Jinping se reunió por segunda vez en seis semanas con el líder norcoreano Kim Jong-un, en medio del deshielo de las relaciones entre las dos Coreas, ratificando así su alianza. Poco después, Xi habló con su homólogo estadounidense, Donald Trump, intensificando la actividad diplomática de cara a la posible cumbre histórica de los mandatarios norcoreano y estadounidense.

“Después de mi primera reunión con el camarada presidente (Kim), las relaciones entre China y la República Popular Democrática de Corea han registrado avances positivos (...) Estoy feliz por eso”, declaró el presidente Xi Jingping, según la agencia de noticias china Xinhua.

Beijing no quiere quedar fuera de la actividad diplomática que allanó el camino hacia la cumbre entre Kim y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, el mes pasado y el esperado encuentro con Trump en junio. Así, este segundo viaje de Kim en tan poco tiempo, cuando nunca había dejado Corea del Norte desde que llegó al poder en 2011, muestra que China sigue teniendo un papel central en los asuntos de la península.

Durante el encuentro, Kim dijo a Xi que no había necesidad de que Corea del Norte fuera un Estado nuclear, siempre que las partes relevantes dejen sin efecto sus políticas hostiles y las amenazas a la seguridad de su país,según informó Xinhua. El líder norcoreano estaba haciendo referencia a uno de sus reclamos: que las tropas estadounidenses sean retiradas de la península. Trump dijo la semana pasada que no planeaba retirar tropas de Corea del Sur por el momento, pero admitió que era una posibilidad a largo plazo.

En la conversación telefónica que tuvo lugar ayer, Xi dijo a su par estadounidense que esperaba que Estados Unidos y Corea del Norte pudieran trabajar juntos, construir confianza mutua y que considerase las preocupaciones de seguridad de Corea del Norte razonables, indicó un informe del canal estatal chino CCTV.

La parte estadounidense comunicó, por su parte, que Xi y Trump convinieron mantener la presión económica sobre Corea del Norte. “El presidente Trump y el presidente Xi convinieron sobre la importancia de continuar implementando las sanciones sobre Corea del Norte hasta que desmantele permanentemente su programa nuclear y misilístico”, informó la Casa Blanca en un comunicado.

Los dos dirigentes, que se reunieron lunes y martes, intercambiaron efusivos saludos y dieron muestras de alegría mutua por volver a verse, afirmó la agencia norcoreana KCNA. También se los vio dando un paseo y conversando junto al mar en la ciudad nororiental china de Dalián. 

Antes de la confirmación de la reunión de los presidentes, la prensa japonesa había mostrado imágenes de un avión generalmente utilizado por las personalidades más importantes de Corea del Norte despegando de Dalián,  alimentando las especulaciones de una visita de Kim.

El hecho de utilizar un avión mostraría que Kim no heredó el miedo a volar de su padre y sugiere que podría querer reunirse con Trump en un tercer país. Se baraja Singapur como posible destino.

Kim viajó en tren hasta Beijing en marzo pasado y realizó así su primer desplazamiento al extranjero desde que asumió el poder a finales de 2011. Este viaje fue mantenido en secreto hasta que regresó a Corea del Norte.

Xi respaldó el compromiso de Corea del Norte de desnuclearizar la península y el diálogo entre Pyongyang y Washington, indicó Xinhua. Según la agencia, Xi dijo que China quería tener un papel activo en el proceso para resolver pacíficamente la situación en la península a través del diálogo. El líder chino también expresó su apoyo al giro estratégico de Corea del Norte para concentrarse en la construcción económica.

En la cumbre de abril en la Zona Desmilitarizada que divide a las dos Coreas, Kim había prometido al presidente surcoreano Moon Jae-in cerrar sus instalaciones de ensayos nucleares en mayo. El Norte y el Sur convinieron asimismo mantener conversaciones con Estados Unidos, y posiblemente China, para alcanzar un acuerdo de paz para fines de año. Según expertos, China quiere participar en la negociación de un tratado de paz, para evitar que Pyongyang selle un tratado con Washington que no sea de su interés.

El encuentro entre Kim y Xi llegó un día antes de otra cumbre regional, convocada por Japón, a la que están invitados Seúl y Beijing. Así, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, será hoy el anfitrión de la primera cumbre trilateral regional desde 2015, que estará centrada principalmente en el tema norcoreano. En el encuentro en Tokio se debatirán tres posiciones enfrentadas. Por un lado, Abe es reticente al diálogo con Corea del Norte y partidario de aplicar la presión máxima hasta empujarla a abandonar sus armas nucleares, en línea con el gobierno del presidente  Trump. Por otro, el presidente surcoreano, Moon Jae-in, promotor del proceso de deshielo iniciado este año con su vecino norcoreano, es uno de los principales interesados en poner fin al conflicto nuclear en la península. Finalmente, China, el principal aliado de Pyongyang, se muestra partidario de ofrecer incentivos al Norte para su desnuclearización, entre ellos una flexibilización de las sanciones impuestas tras los ensayos con armas o una oferta de ayuda económica.

De esta manera, Tokio pretende que de la cumbre trilateral salga un pronunciamiento apoyando la completa, verificable e irreversible desnuclearización.