Con el veto presidencial al final del túnel de su estrategia política, el interbloque Cambiemos se prepara para una derrota en la Cámara de Diputados donde el grueso del arco opositor buscará hoy darle media sanción al proyecto que pone freno al tarifazo en los servicios públicos esenciales. Hasta último momento la esperanza del oficialismo está centrada en la presión que la Casa Rosada pueda ejercer sobre los gobernadores peronistas para restar votos en el recinto y hacer caer el proyecto. Lo que pretenden es evitar que el presidente Mauricio Macri cargue con el peso de la implementación de los aumentos y el costo político del veto. La sesión contra el tarifazo arrancará al mediodía pero antes el oficialismo con el respaldo del peronismo dialoguista buscará convertir en ley el proyecto de Financiamiento Productivo, como bautizaron la reforma el mercado de capitales, que reclama el Presidente para seducir a inversionistas extranjeros. 

Aunque resignados, los diputados de Cambiemos buscan morigerar la posible derrota legislativa. Las negociaciones para unificar las convocatorias del oficialismo y oposición en una misma sesión fracasaron. Por lo que la alianza oficialista mantuvo su propia sesión en la que excluyó tarifas y donde aspira a convertir en ley la reforma al mercado de capitales. Un tema que Macri lanzó como anzuelo para los gobernadores, entusiasmados con la iniciativa que se impulsó desde el Gobierno. Por eso, el interbloque Argentina Federal, que responde a los mandatarios provinciales peronistas, aportará al quórum de la convocatoria de Cambiemos y hasta votarán el proyecto a pesar de que esta iniciativa está incluida en la sesión que convocó la propia oposición. Se trata de un gesto para no cortar los canales que gobernadores y su tropa legislativa mantienen con el Gobierno.   

Será el primer punto de la sesión prevista para las 10.30 a la que el bloque del FpV-PJ no dará quórum pero se opondrá a la reforma del mercado de capitales si es que el oficialismo logra abrir el debate. El temario se completa con otra reforma a la actual ley de Defensa de la Competencia y un convenio con Brasil para evitar la doble imposición sobre el impuesto a la renta. 

Hasta ayer el compromiso asumido por Cambiemos ante los diputados de Argentina Federal es realizar una sesión corta y participar luego del debate contra el tarifazo. El oficialismo da muestras de que abandonó la resistencia y ahora aspira a que el tema pase lo más rápido posible por al Cámara baja para no bloquear la agenda legislativa del Gobierno. En todo caso, apuestan a la presión que el gobierno nacional realice sobre los gobernadores peronistas para intentar frenarla en el Senado. Una tarea que se concentrará en los principales funcionarios y operadores de Balcarce 50. 

Si eso no ocurre entonces habrá veto presidencial como ya lo anunció el propio jefe del interbloque de diputados oficialistas, Mario Negri. “Si se aprueba ese dictamen, el presidente nos manifestó que tiene clara conciencia (que puede afectar su imagen), pero si se llama costo político a evitar la irracionalidad, lo va a llevar adelante”, dijo el radical cordobés como respuesta ante una consulta periodística.  

La sesión convocada por la oposición tiene como hora de inicio el mediodía. Allí quedará como único tema el proyecto opositor que declara la emergencia tarifaria en los servicios públicos, retrotrae las tarifas a noviembre de 2017, propone estabilizarlas por un año y ata los futuros aumentos al índice de variación salarial para los hogares y al índice de precios mayoristas para Pymes, cooperativas y empresas recuperadas. Una propuesta que con disidencias es acompañada por el grueso de la oposición parlamentaria y, por lo tanto, tendría mayoría para aprobarla. 

Los diputados federales y el Frente Renovador que redactaron la iniciativa, ya quitaron del texto original la rebaja del IVA (del 21 por ciento al 10,5) en las facturas de luz, gas y agua. Una decisión que apunta a vencer la resistencia de los gobernadores que no quieren resignar los recursos coparticipables que el impuesto aporta a sus provincias. Una corrección que le arrebata al oficialismo la bandera de los perjuicios que ocasionaría el costo fiscal de la iniciativa.

En los bloques de la oposición hay cautela y confían en poder reunir los votos necesarios para darle media sanción en la Cámara baja pese a todas la críticas y cuestionamientos con que el Gobierno y su alianza parlamentaria bombardean el proyecto. Incluso llegaron a emparentar esta iniciativa legislativa con la corrida cambiaria y la reacción de los mercados. 

Los diputados oficialistas reconocen por lo bajo que no podrán frenarlo y hasta admiten la derrota y es por eso no quieren dilatar más una discusión que pone contra las cuerdas al Gobierno. Incluso se ilusionan con que el veto presidencial ponga fin al temporal parlamentario que sopla la oposición.