Al ritmo de su expansión vertiginosa en todos los sectores de la sociedad, internet se ha convertido en una herramienta de democratización de la información y, a su vez, en un lugar ideal para el desarrollo del cibercrimen. Los negocios, el entretenimiento, el deporte, la industria de los medios y las redes sociales, se han convertido en un escenario fecundo para este tipo de delito, que no se vincula necesariamente con los “nuevos” crímenes (hacking, phishing, spam, bullying, stalking o sexting) sino también con los de antes, los de toda a vida, pero cometidos a través de la red.
Resulta evidente que la tecnología informática genera nuevos desafíos al sistema penal, dado que requiere de adecuaciones normativas y nuevas interpretaciones. Para ello, es necesario contar con profesionales que tengan amplia experiencia y conocimientos informáticos para prevenir, detener y resolver los cibercrímenes, además de los saberes tradicionales que se ponen en juego en cualquier tipo de delito.
En respuesta a esta problemática que crece velozmente, la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) creó el primer posgrado nacional y regional sobre cibercrimen y evidencia digital, una propuesta académica donde informáticos aportan a los abogados estrategias tecnológicas para la investigación penal.
“Es una especialización diferente, distinta, porque en un ámbito cerrado como el Derecho estamos haciendo una propuesta interdisciplinaria donde ingenieros y autodidactas tecnológicos, junto con abogados, van a capacitarse”, dijo en una entrevista a Télam, Marcos Salt, director del posgrado, quien además dirige el Programa Nacional contra la Criminalidad Informática del Ministerio de Justicia.
Si bien la materia dedicada al estudio de los delitos informáticos y el tratamiento de la evidencia digital se ha venido dictando con éxito tanto en la Carrera de Especialización en Derecho Penal como en la Especialización en Derecho Informático del Departamento de Posgrado, existía una demanda de mayor profundización sobre los temas debido a que la evidencia digital se ha convertido en elemento fundamental, no sólo en los delitos informáticos sino también en los más tradicionales.
En este sentido, Salt resaltó que se trata de una experiencia “pionera en nuestro país y a nivel regional que sigue la tendencia de universidades europeas y de Estados Unidos, que advierten la necesidad de la especialización de profesionales en derecho penal informático, lo que implica un trabajo académico interdisciplinario entre la ciencia jurídico penal y los conocimientos de tecnología informática y de las comunicaciones”.
Peritos, analistas informáticos, abogados y fiscales ya se inscribieron en el posgrado, que tiene como docentes, entre otros, a Eduardo Molina Quiroga, director del posgrado sobre Derecho Informático de la UBA, Eduardo Bertoni, director de la Agencia de Acceso a la Información, Adrián Acosta, oficial de cibercrimen en la Oficina Regional de Interpol, Claudio Caraccioli, especialista en ciberseguridad, Marcelo Riquert, camarista de Mar del Plata y Daniela Dupuy, fiscal a cargo del equipo de Delitos Informáticos de la Ciudad de Buenos Aires.
La propuesta académica incluye un programa vinculado con delitos y derecho informático, técnicas de investigación en entornos digitales, litigación y oralidad en materia de evidencia digital, la informática forense y la protección de datos personales en la era de la información.