La Cámara de los Lores dejó al Brexit de Theresa May patas para arriba en un histórico voto que abre la puerta a que el Reino Unida siga siendo parte de los dos pilares de la Unión Europea (UE): el Mercado Unificado Europeo y la Unión Aduanera. La Cámara de los Comunes tendrá que expedirse ahora sobre las enmiendas al proyecto de ley de salida del bloque europeo que proponen que el Reino Unido permanezca en el Área Económica Europea (AEE), una manera de respetar el Brexit y mantener el máximo nivel de integración con la UE.
La derrota en los Lores y la posibilidad de una rebelión en los Comunes deja contra las cuerdas a Theresa May. El Brexit de la primera ministra se centra en abandonar el Mercado Unificado Europeo y mantener una ambigua “customs Partnership” (Sociedad Aduanera) con la UE.
La “Customs Partnership” es rechazada por la mitad de su gabinete, por el ala conservadora pro-Brexit y, curiosamente, por el bloque europeo que la considera “inviable”. Uno de los adalides británicos del “Hard Brexit”, el excéntrico canciller Boris Johnson, escribió el domingo en el “Daily Mail”, que la “customs Partnership” era demente (“crazy”).
Las enmiendas de los lores tienen un punto a favor de May: ponen también en entredicho la estrategia europea del líder laborista Jeremy Corbyn. Corbyn apoya la Unión Aduanera, pero está en contra del Mercado Unificado Europeo. Esta sutil distinción tiene una cara económica y otra política.
A nivel económico, Corbyn rechaza las limitaciones que impone el Mercado Unificado a la intervención estatal, parte del giro neoliberal de la UE en los 90. A nivel político-electoral, intenta mantener un equilibrio entre su base urbana pro-europea y el norte fabril inglés, pro-Brexit.
En la práctica, esta política a dos puntas se ha cristalizado en la llamada “strategic ambiguity”, por la cual el laborismo es más pro-europeo que el gobierno de May, pero respeta la salida de la UE consagrada en el referendo de 2016.
El tema fue central ayer en el PMQT (Prime Minister Question Time), un evento parlamentario muy “british” en el que el/la primer ministro responde las preguntas de los diputados y del líder de la oposición. Theresa May reafirmó ante los diputados su compromiso con la “Sociedad Aduanera”, aunque admitió que no hay un acuerdo al respecto. “Estamos dejando la Unión Europea y a la Unión Aduanera, pero hay temas a solucionar con la Unión Europea sobre este nuevo acuerdo aduanero”, dijo May.
El talón de Aquiles de May es la división interna del gabinete conservador. Corbyn le hizo seis preguntas sobre la Unión Europea que siempre tomaron como punto de partida el artículo de Boris Johnson y la calificación de “crazy” a la política que impulsa su propia primera ministra. “¿Está la premier de acuerdo con su canciller de que su plan es demente? Un embajador británico, Sir Ivan Rogers, dice que la otra propuesta que ha hecho su gobierno “es una fantasía tipo unicornio”. Esas son las dos propuestas de su gobierno. Lo que necesitamos es una unión aduanera para nuestra fuerza laboral, tal como piden tanto los empresarios como los sindicatos”, planteó Corbyn.
May trastabilló más de una vez y no logró contrarestar estos ataques puntualizando las divisiones internas del laborismo. Este error táctico de la primera ministra no implica que esas diferencias se hayan evaporado. Si hasta el momento la “strategic ambiguity” fue un toque maestro de Corbyn para mantener la unidad partidaria y ensanchar su base electoral, el voto de los Lores lo obligará a definir una posición respecto al Mercado Unificado Europeo.
Si mantiene la actual ambigüedad, pone en peligro la unidad del “gabinete en la sombra” (réplica de la estructura de gobierno que hace el principal partido de oposición): su ministro para el Brexit, Keir Starmer, favorece la Unión Aduanera y el Mercado Europeo Unificado. No está solo. Muchos “shadow ministers” (ministros en la sombra) y la inmensa mayoría del Parliamentary Party (los diputados laboristas) quieren mantener el máximo grado de relación posible con la UE.
En la publicación digital “Social Europe” este martes el profesor de Economía de la Universidad de Oxford Simon Wren-Lewis señala que la decisión es crucial para el futuro del proyecto de Corbyn. “Si el Laborismo continúa con la política actual de apoyar la Unión Aduanera, pero no el Mercado Unificado Europeo, deja pasar la mejor oportunidad que tiene para asestar un golpe quizás mortal al gobierno de May”, señala el académico.
Una cosa está clara. El paso del proyecto de ley de retirada de la Unión Europea por la Cámara de los Lores ha transfigurado esta prolongada saga del Brexit. Los lores introdujeron 13 enmiendas al proyecto de ley que les llegó de los Comunes, entre ellas, el “meaningful vote” que deberá tener el parlamento sobre el acuerdo a que llegue el gobierno con la UE. Este “voto significativo” quiere decir que el parlamento podrá aprobar o rechazar el resultado de la negociación, además de condicionar los términos en que esta es llevada adelante.
La última enmienda de los Lores, votada el martes por la noche, que contempla permanecer en el interior del Área Económica Europea (AEE), condicionaría el margen de maniobra de May. En el AEE, el Reino Unido seguiría en el Mercado Unificado y la Unión Aduanera, lo que implicaría la plena libertad de movimiento y trabajo para los ciudadanos europeos en suelo británico, y una contribución presupuestaria a las arcas de la UE, aunque el gobierno británico no participaría de la política continental en algunos capítulos específicos como la pesca.
No hay fecha definida para la votación en la Cámara de los comunes del proyecto de ley y sus 13 enmiendas. Mucho menos se puede predecir el resultado, pero la puerta está abierta. Una alianza inter-partidaria, que incluiría a muchos diputados conservadores, podría derrotar al campo pro-brexit duro. El laberinto del Brexit se volvió de la noche a la mañana más pantanoso que nunca.