Al menos nueve personas murieron anoche en un ataque de misiles israelíes contra almacenes y plataformas de misiles ubicado al suroeste de Damasco, supuestamente pertenecientes a la Guardia Revolucionaria iraní, mientras que Irán contestó con una salva de 20 cohetes en las alturas de Golán, un territorio sirio ocupado por fuerzas israelíes.
El ataque israelí también causó varios heridos, aunque se desconoce si las víctimas son civiles, forman parte de la Guardia Revolucionaria iraní o de otra milicia.
La agencia oficial siria, SANA, aseguró que las defensas antiaéreas sirias destruyeron dos misiles lanzados por Israel en la zona de Al Kasua, en las afueras de Damasco. Al menos un hombre y una mujer resultaron heridos como consecuencia de la explosión causada por la interceptación de los misiles, según una fuente médica también citada por SANA.
La agencia vincula el ataque a un apoyo de Israel a los grupos supuestamente terroristas. El gobierno sirio califica como grupo terrorista a toda organización propensa a un cambio de régimen en el país, sin hacer distinciones entre las facciones opositoras, los islamistas radicales o grupos como el Estado Islámico.
Israel ha realizado varios ataques contra bases iraníes en Siria, entre ellos el bombardeo del aeropuerto militar T4 en Homs (centro) a comienzos de abril, aunque las autoridades israelíes no suelen reconocer su participación en estas acciones. Las autoridades sirias e iraníes tampoco han reconocido haber sufrido bajas en los últimos ataques supuestamente realizados por Israel.
A su vez Israel sufrió poco después de la medianoche de ayer un ataque de unos 20 cohetes lanzados contra su línea de defensa en el territorio ocupado de los Altos del Golán, al norte del país, del que acusó a Irán, específicamente a las “fuerzas iraníes Quds”, informó el Ejército israelí.
“Esta noche sobre las 12.10 am dispararon aproximadamente 20 proyectiles, la mayoría cohetes, hacia la primera línea de defensa del Ejército en el norte. Estos cohetes fueron disparados por la fuerza iraní Quds (Jerusalén, en árabe)” desde el lado sirio del Golán, dijo a un grupo de periodistas el portavoz del Ejército Jonathan Conricus.
Anteayer el Ejército israelí había anunciado que el país se encuentra en “alerta alta” por la posibilidad de que se produzca un ataque iraní contra los Altos el Golán, territorio sirio ocupado y anexionado por Israel en 1981.
La escalada bélica horas después de que el principal aliado de Irán en la región, el movimiento libanés Hezbola, fortaleciera su posición en el parlamento de ese país al cabo de las elecciones legislativas celebradas esta semana.
Los dos principales partidos cristianos libaneses, la Corriente Patriótica Libre y las Fuerzas Libanesas obtuvieron una mayor representación en el Parlamento, según los resultados oficiales de las elecciones del pasado domingo publicados ayer por el Ministerio de Interior.
La Corriente Patriótica Libre, aliada del grupo chiíta libanés Hezbolá, tendrá 25 diputados, frente a las 20 de ahora, mientras que las Fuerzas Libaneses doblan su presencia y pasan de 8 a 16 escaños. Por su parte, el brazo político de Hezbolá y sus afiliados ocuparán 14 escaños, y el partido chiíta Amal, 17, siendo su líder y actual presidente de la Cámara, Nabih Berri, el diputado más votado con 42.137 voletas.
De esta forma, se confirma que Hezbolá y las fuerzas pro-sirias tendrán un mayor peso en el nuevo Parlamento, que ha sido renovado después de nueve años en los que no se han convocado elecciones debido a la inestabilidad por la guerra en la vecina Siria.
Mientras, la Corriente del Futuro liderada por el primer ministro Saad Hariri, de tendencia pro-saudí, fue el gran perdedor: se hizo sólo con 19 escaños, frente a los 33 que había ocupado desde 2009.
Más allá de los resultados, la apatía ciudadana frente a los comicios fue clave: ni la expectación levantada por la prórroga de cinco años a partir de la última fecha en que debían celebrarse elecciones, ni las caras nuevas en los partidos fue motivación suficiente para acudir a las urnas. Apenas el 49,2 por ciento de los electores fue a votar, una caída de casi cinco puntos respecto a 2009, informó el diario español Público.
Según la Constitución libanesa, los nuevos diputados tendrán que elegir el presidente de la Cámara. En cuanto el Parlamento se reúna, el Gobierno pasará a estar en funciones y los grupos políticos tendrán que elegir a un nuevo gabinete, que debe estar encabezado por un musulmán sunnita, según el reparto de poderes que establece la Carta Magna. De acuerdo con la Constitución libanesa, el presidente de la Cámara tiene que ser un musulmán chiíta, mientras que la Jefatura del Estado es siempre para un cristiano maronita y la del Gobierno tiene que recaer en un musulmán sunnita.