“No hay más sometimiento de las fuerzas de seguridad, ni a la Justicia, ni a la política”, aseguró ayer la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, durante un almuerzo en el Club Rotary de Buenos Aires, donde le otorgó a la Policía un grado de autonomía por lo menos polémico. A esta afirmación le sumó otra que hizo acordar al caso del policía Luis Chocobar cuando señaló que “cada vez que un agente cumplía con su deber terminaba siendo el victimario y no la víctima”. La ministra no dejó pasar el momento crítico que vive el gobierno de Mauricio Macri y llamó a bancar al presidente y para ello se valió de otro ejemplo también relacionado con la violencia institucional: “A mí con lo de (Santiago) Maldonado me machacaron 78 días y lo bancamos. ¡Hay que bancarla! ¡Eso es lo que tenemos que hacer como Gobierno, bancarla!”, arengó con fiereza.

“Las fuerzas trabajan con los jueces, pero no son sus subordinados, ni sus súbditos”, destacó Bullrich resaltando el poco monitoreo judicial que propone Cambiemos sobre las fuerzas de seguridad en la política de su cartera. “El desorden y la anomia estaban por encima de la convivencia democrática, con el accionar de grupos como el RAM, que utilizaban la violencia como un hecho cotidiano, tomas de tierras en Santiago del Estero y provincias paralizadas con protestas y acampes como Jujuy, donde existía un Estado paralelo”, enumeró entre lo que interpretó como los logros mayores de su gestión al frente del Ministerio.

En el almuerzo organizado por el Rotary porteño la funcionaria destacó que al asumir encontró un “malestar muy importante en las fuerzas por una situación de uso y maltrato”, y se la adjudicó a la supuesta humillación “promovida” por la gestión kirchnerista. “Hemos revertido eso y hoy son parte de un equipo”, agregó la funcionaria macrista que planteó la desaparición y muerte de Santiago Maldonado como “un punto de inflexión en la estrategia del Ministerio, dura, pero importante. Nos mantuvimos en una línea y sostuvimos a Gendarmería cuando no era lo políticamente correcto”.

Bullrich no dudó en abundar en detalles al resaltar que “cuando se hablaba de desaparición forzada yo hablé con los gendarmes y me dijeron: si hubiésemos tenido un detenido hubiera constado en actas, si hubiésemos tenido a alguien golpeado, lo hubiéramos curado, si hubiéramos tenido a alguien por ahogarse, lo hubiéramos tratado de ayudar”, informó a los presentes poniendo toda su confianza en la fuerza de frontera que actúa en seguridad interior. Continuó afirmando que los integrantes de Gendarmería que participaron en el operativo el día de la desaparición de Maldonado tenían “una cabeza distinta de la de aquellos que los querían pintar como asesinos”. Por otra parte, adelantó su intención de que la “Policía Federal Argentina se va a convertir en un FBI porque su tarea fundamentalmente es la investigación del crimen organizado”.

La ministra retomó el caso Maldonado cuando se refirió a la actual crisis del gobierno de Macri al que convocó a respaldarlo poniéndose de ejemplo: “A mí con lo de Maldonado me machacaron 78 días y lo bancamos. ¡Hay que bancarla! ¡Eso es lo que tenemos que hacer como Gobierno, bancarla!”, dijo con rudeza. Luego señaló que “en Cambiemos tenemos que entender que acá no estamos discutiendo la política, las tarifas o la economía... ¡Estamos discutiendo el poder! Y si el poder cambia, cambia también la Argentina”, dijo y desnudó la existencia de discrepancias en la fuerza gobernante.

“El poder significa todo: cómo se administran los fondos, cómo se manejan las instituciones, qué nivel de libertad de expresión hay y qué capacidad de construir institucionalidad tenemos”, apuntó y aseguró que “Cambiemos tiene que estar unido porque la división es el triunfo de una profecía autocumplida que viene de 1930. Porque no terminaron el gobierno de Yrigoyen, Frondizi, Illia, Alfonsín y De la Rúa y eso no es una casualidad sino una regularidad”.