“Había que ser muy valiente para instalar una CGT rebelde: un movimiento que tenía una impronta cultural extraordinaria, con ese periódico impresionante donde Rodolfo Walsh publicaba semana a semana ¿Quién mató a Rosendo?, aquel manual del ‘vandorismo’, una corriente sindical que lamentablemente no ha muerto y tiene por lo menos tres sobrevivientes en la Argentina”, rescató y trajo al presente el historiador Felipe Pigna durante la presentación de la edición de mayo de la revista Caras y Caretas, dedicada a los 50 años de la creación de la CGT de los Argentinos (CGTA). “En el contexto actual, nos parecía interesante reflexionar sobre la creación de este movimiento obrero antiburocrático y su repercusión en el sector de los trabajadores. Siempre nos sentimos identificados con esa conjunción entre el movimiento obrero y el periodismo”, fundamentó Fernando Amato, editor de la revista, en el stand del Grupo Octubre durante la 44° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
La publicación cuenta en su último número con una serie de artículos que caracterizan y ponen en contexto la fundación de esta experiencia sindical “combativa” que nació el 1º de mayo de 1968 para resistir a la dictadura de Juan Carlos Onganía y “diferenciarse de la burocracia sindical más recalcitrante que supo tener la Argentina, encabezada por el famoso Augusto Timoteo Vandor, un ‘colaboracionista’ de Onganía”, resaltó la periodista especializada en asuntos gremiales Ana Vainmann. “En cambio, la CGTA pretendía no entregar los derechos de los trabajadores frente a ese poder de turno que había llegado de manera ilegítima. No fue solo una organización sindical, también fue un movimiento social y cultural. Lo que aportó, además, fue una comunión de ideologías que terminaron construyendo la experiencia del Cordobazo, en el que no solo participaba el peronismo sino también otras expresiones políticas (como el comunismo, el radicalismo y el socialismo)”, desarrolló Vainmann. Entre las notas que forman parte de la edición, se encuentra una entrevista al dirigente radical Hipólito Solari Yrigoyen, quien fuera militante de la CGTA y abogado de Raimundo Ongaro, el secretario general de dicha organización.
“En la actualidad, vemos que hay expresiones del movimiento sindical que están dejando hacer al gobierno de Mauricio Macri, permitiéndole avanzar sobre derechos laborales y concediéndole firmas de acuerdos salariales vergonzosos. Entonces, uno valora siempre en la historia estos intentos por alejarse del poder y tratar de mantener las reivindicaciones alcanzadas”, redondeó la periodista. Por este motivo, la reciente edición de la revista intenta indagar en el pasado para descubrir “qué quedó de aquello, ver qué se puede rescatar y tratar de replicarlo” en el presente.
Para Pigna, director de la publicación, el año 1968 fue “alucinante”, porque sucedió una serie de hechos políticos, culturales y sociales a nivel local e internacional que marcaron la época. “El año comenzó con la ofensiva militar de Vietnam del Norte, que aceleró la decisión de Estados Unidos de retirarse del conflicto bélico. Se estrenó, también, 2001: Odisea del espacio, una película que marcó una forma de ver el cine. Es el año en el que asesinaron también al líder afroamericano Martin Luther King y a Robert Kennedy, el hermano del presidente Kennedy; dos hechos que definieron el nivel de violencia que atravesaba esa sociedad”. El historiador también hizo alusión a la Primavera de Praga, la publicación del libro Las Enseñanzas de Don Juan, de Carlos Castañeda; la clausura del Instituto Di Tella, y la gestación de bandas como Almendra y Los Gatos, entre otros hitos.