Ganar a este Rafael Nadal en arcilla es posible: el austríaco Dominic Thiem demostró ayer que el español no es invencible y le cortó en los cuartos de Madrid una impresionante racha de victorias. Nadal perdió por 7-5 y 6-3 en la Caja Mágica, su primera derrota en la superficie naranja en 12 meses, y el lunes se despedirá del número uno del ranking. Quizás no por mucho tiempo, porque si la semana que viene gana en Roma recuperará la posición de máximo privilegio.
“Perder un partido no es un drama”, señaló Nadal, que puso de relieve su inmaculado currículum del último año en arcilla. Desde que perdió ante Thiem en los cuartos de Roma 2017, el español acumuló 21 triunfos y 50 sets consecutivos. “Hoy he perdido, no fue mi día, pero esto es parte del tenis y del deporte en general”, explicó el campeón de 16 grandes. “No puedo volver al hotel pensando que tengo que hacer muchas cosas diferentes para preparar los siguientes torneos. No sería inteligente por miparte”.
Nadal, de 31 años, llegaba en una dinámica fantástica al reto con Thiem, montado en una ola de confianza tras sus títulos en Montecarlo y Barcelona. Pero ayer sufrió un frenazo en seco ante un Thiem valiente y agresivo, que jugó a tumba abierta.
El austríaco, que se enfrentará hoy en semifinales al sudafricano Kevin Anderson –la otra semi la jugarán el canadiense Denis Shapovalov con el alemán Alexander Zverev–, se convirtió a sus 24 años en el tercer tenista que gana tres veces a Nadal en tierra. Los otros son el serbio Novak Djokovic –siete veces– y argentino Gastón Gaudio, que logró sus tres victorias ante un Nadal que era todavía un adolescente.
Incómodo, errático y sin armas para contener a Thiem, Nadal se despidió de Madrid, de su récord de sets consecutivos ganados en una misma superficie (se quedó en 50) y del número uno. El primer puesto de la ATP quedará el lunes en poder del suizo Roger Federer.
El encuentro de ayer además dibuja un nuevo escenario de cara a Roland Garros. Thiem dejó claro que Nadal, diez veces campeón en París, no es imbatible en polvo de ladrillo. Y eso que el austríaco tenía muchas dudas el día anterior. “Voy a salir a ganar, aunque no es un objetivo muy realista viendo su juego y el mío ahora mismo”, aseguró Thiem, que hace un par de semanas fue aplastado por Nadal en Montecarlo con un 6-0 y 6-2. “Si quiero ganarle, tendré que jugar uno de los partidos de mi vida. Ser muy agresivo y no cometer muchos errores”, añadió. Dicho y hecho.
Ayer quedó claro desde el primer momento que era el día de Thiem y no el de Nadal. El español no transmitió buenas sensaciones en ningún momento y el austríaco fue un martillo con la derecha y mantuvo a su rival siempre por detrás de la línea de fondo. Desde ahí, Nadal es mucho menos Nadal.
El español salvó dos pelotas de break en el primer juego, pero en el 3-3 ya no pudo hacer nada y Thiem se adelantó en el marcador. Fue en ese final del primer set cuando más sufrió el austríaco: verse a un suspiro de ganar un parcial a Nadal le generó cierta ansiedad y cuando sacaba para llevarse la primera manga perdió su servicio con varios errores y una doble falta.
Pero fue espejismo, porque Thiem no perdió la concentración y le devolvió el break inmediatamente en un juego plagado de fallos del español. Cuando el reloj marcaba la hora y cinco minutos, Thiem sentenció el primer set con un ace.
“Rafa está un poco nervioso desde el principio”, señaló Carlos Moyá, su entrenador, tras ese primer set. “Está set abajo en arcilla, es una situación en la que no ha estado desde hace tiempo. Tiene que jugar más tranquilo porque con la derecha está haciendo poco daño y cometiendo errores”.
Pero el panorama no cambió en el segundo parcial. Nadal siguió jugando muy por detrás de la línea, a merced de Thiem y su derecha demoledora. Además, su drive seguía sin funcionar, no hacía daño. Nadal acabó el duelo con 12 winners y 19 errores no forzados. “Ganar a Nadal en polvo es de las cosas más difíciles que hay en el deporte. Es muy especial, es increíble, ganarle en su país, en esta pista que es como el salón de su casa. Sólo puedo estar feliz”, comentó Thiem tras cerrar el partido con un winner de derecha.
“Para ganar a Nadal tienes que hacer cosas especiales. Tenía que ir a por los tiros, buscar líneas. Y todo funcionó. Para ganar a Nadal en arcilla tienes que tener un día especial. Todo tiene que funcionar bien”, agregó tras la hora y 56 minutos de encuentro.