Apenas aterrizó en Ezeiza el titular del Palacio de Hacienda, Nicolás Dujovne, se dirigió a la Quinta de Olivos para reunirse con el presidente Mauricio Macri. El dólar ya había comenzado a escalar pero el eje del encuentro fue el préstamo que Argentina comenzó a negociar con el Fondo Monetario Internacional. El crédito con ese organismo no es la única vía de financiamiento que explora el gobierno para intentar frenar la crisis. Las autoridades pretenden también obtener créditos del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo que están siendo negociados por el ministro de Finanzas, Luis Caputo. Con ese combo donde también aportarán fondos bancos extranjeros el gobierno busca controlar la corrida. Dujovne permaneció en la residencia presidencial durante toda la jornada en la que se sucedieron sendos encuentros encabezados por Macri con miembros del gabinete y representantes de la cúpula empresaria (ver aparte). Las negociaciones oficiales con el FMI se reanudarán la próxima semana en Washington.
Las reglas para los acuerdos stand-by habilitan al país a acceder a un crédito por hasta 19.700 millones de dólares durante tres años. Dentro de esa línea de préstamos, el gobierno pretende habilitar un mecanismo denominado “alto acceso” que le permitiría financiarse de manera más acelerada e incluso sobrepasar los límites. Las opciones del Fondo que comenzaron a negociarse con la mandamás del organismo Christine Lagarde llegarán acompañadas de las tradicionales condicionalidades en materia fiscal, cambiaria, monetaria, comercial y laboral (ver aparte).
El desembolso de los recursos está sujeto al cumplimiento de esas exigencias. Por eso, el gobierno busca hacerse con más recursos del Banco Mundial, el BID y la Corporación Andina de Fomento. Esas conversaciones fueron confirmadas por el ministro de Finanzas al portal Infobae.
Caputo también reveló que “tres bancos nos ofrecieron líneas repo y seguramente también vamos a terminar acordando”. El financiamiento con entidades extranjeros forman parte de la estrategia oficial desde enero de 2006. Son créditos caros de corto plazo que le permiten al BCRA abultar de manera transitoria sus reservas. Existen además conversaciones informales con bancos centrales de otros países para evaluar la posibilidad de habilitar líneas de provisión de liquidez contingentes.
Dujovne participó ayer de reuniones en la Quinta de Olivos donde Macri estuvo acompañado por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y sus dos viceministros, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. Analizaron la corrida cambiaria, la política del BCRA y la negociación con el FMI.
Iraq, Jamaica y Kenya son los únicos países del mundo que mantienen abiertas hoy líneas stand-by con el FMI. “El acuerdo nos ayudará a preservar lo que hemos logrado”, consideró el jueves Dujovne al finalizar el encuentro con Lagarde. Hasta ahora los anuncios no lograron contener la corrida cambiaria que, por el contrario, se agudizó con el paso de los días. La línea con el Fondo puede demorar hasta seis semanas pero su aprobación en el Directorio del organismo multilateral está aceitada. Al respaldo ofrecido por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos se sumó ayer el apoyo del gobierno de China. Ambas adhesiones hacen prever que el crédito avanzará sin inconvenientes. Los 18 préstamos stand-by solicitados por Argentina desde 1958 contemplaron combinaciones de las tradicionales condicionalidades del FMI como recorte del gasto público, desregulación financiera y cambiaria, apertura comercial, flexibilización laboral y reformas de los sistemas de la seguridad social.