La Sala I de la Cámara Federal de Casación aceptó el pedido de apertura de la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman contra la expresidenta Cristina Kirchner y miembros de su gobierno por un supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA. “Se pretendió exigirle a una denuncia más de lo que debe contener”, justificaron al revertir las desestimaciones por inexistencia de delito dictadas en dos ocasiones en primera instancia y en la Cámara Federal.
La decisión fue tomada por los camaristas Ana María Figueroa, Mariano Borinsky y Gustavo Hornos, quienes hicieron lugar a un planteo de la DAIA para que se abra la investigación en base a dos supuestas nuevas pruebas: la confirmación judicial de la inconstitucionalidad del Memorándum con Irán y el audio de una conversación entre el excanciller Héctor Timerman y el ex presidente de la AMIA Guillermo Borger.
En un fallo de 249 páginas, Casación resolvió también apartar de la causa al juez Daniel Rafecas y a los integrantes de la Sala I de la Cámara Federal porteña, Eduardo Freiler y Jorge Ballesteros, todos cuestionados en duros términos en el fallo. El nuevo juez que decidirá si se investiga la denuncia será designado por un sorteo.
El camarista Hornos llegó a hablar en su voto de “insistencias de la sociedad” para que se abra la causa y consideró que la denuncia de Nisman fue “verosímil (de acuerdo a los indicios que la sustentaban), plausible (de acuerdo a las reglas de la lógica y la experiencia común) y coherente”.
El juez Borinsky, por su parte, opinó que en las desestimaciones anteriores “se pretendió exigirle a una denuncia más de lo que debe contener” y sostuvo que una presentación de ese tipo “solamente debe exponer un hecho que haya llegado a su conocimiento y que tenga cierto grado de verosimilitud en cuanto a constituir un hecho ilícito”. Eso incluso cuando se trate de una denuncia hecha por alguien con más de 11 años cargo de una fiscalía especial, como fue el caso de Nisman con la UFI-AMIA. Rafecas había calificado como “alarmante” la inexistencia de elementos de prueba en la presentación del fiscal.
Nisman había presentado esa denuncia contra la Presidenta en funciones y su entonces canciller Héctor Timerman, entre otros dirigentes, el 14 de enero del 2015, cuatro días antes de ser hallado muerto en su departamento de Puerto Madero. El fiscal afirmó que la gestión de CFK pretendía encubrir a los iraníes imputados por el atentado contra la AMIA mediante la firma de un Memorándum con Teherán, tratado que nunca entró en vigencia por no haber sido puesto en práctica por ambas partes.
En su rechazo a la investigación planteada por Nisman, Rafecas afirmó que esa denuncia indicaba la presunta existencia de un delito que no se había cometido, no solo porque el Memorándum no fue ratificado por ambos países sino también porque la Cámara lo había declarado inconstitucional. Tampoco se habían dado de baja las alertas rojas que Interpol había puesto sobre los imputados, tal como lo anunciaba el escrito del fiscal fallecido.
Cuando Moldes presentó el pedido de reapertura de esa causa, los jueces Freiler y Ballesteros, de la Sala I de la Cámara Federal, respondieron con un duro fallo en el que criticaron al fiscal por haber mostrado en su apelación un “desprecio por las formas procesales sustanciales cuyo respecto paradójicamente demanda”.
Sin embargo, con el cambio de gobierno, algunos fiscales federales, la dirigencia de la DAIA y algunos dirigentes políticos volvieron a la carga con el tema al sostener que tenían “nuevas pruebas” en la causa. Ahora la Sala I de Casación abrió el juego para que la denuncia de Nisman vuelva a ocupar las tapas de los diarios.