Desde Santa Fe.
El fiscal Martín Suarez Faisal no tiene dudas que el juicio a la maquinaria del Estado terrorista que la Gendarmería operó en la cárcel de Coronda es histórico. Un punto de inflexión en los procesos de lesa humanidad. Los condenados son dos comandantes de la fuerza que llegaron hasta acá: Adolfo Kushidonchi (a 22 años de prisión) y Juan Angel Domínguez (a 17 años) por "tormentos agravados" a 38 presos políticos y la muerte de dos de ellos, Luis Alberto Hormaeche y Raúl San Martín. El jefe del trío, Octavio Zirone, murió impune a mediados de 2014. Y el cuarto era Agustín Feced, también fallecido, que operaba en El Pozo, en Rosario. Suárez Faisal dijo que el juicio probó que el penal de Coronda era un "campo de concentración" de opositores políticos de la dictadura. El plan era su "destrucción física y síquica", el que Kushidonchi les reveló a sus cautivos y que varios de ellos relataron en las audiencias: "De acá, van a salir muertos o locos". "El régimen de Coronda era el más abusivo de la dictadura en la Argentina. En el alegato, yo lo comparé con (el campo de detención de) Guantánamo. Si lo que dicen de Guantánamo es cierto, así era Coronda, la tortura absoluta", afirmó el fiscal a Rosario/12.
Suárez Faisal había pedido penas más altas: el máximo de 25 años de prisión para Kushidonchi y 20 para Domínguez. La querella solicitó la prisión perpetua para ambos. Pero el Tribunal bajó la condena a Kushidonchi a 22 años y a Domínguez a 17 años. "Estamos satisfechos con la sentencia", dijo el fiscal. "Si bien es inferior a lo que habíamos solicitado, se corresponde con la gravedad de los crímenes que se cometieron en Coronda" cuando ellos estaban al mando. "Estamos conformes porque en el juicio se probaron todos los hechos, los tormentos agravados y las muertes de Hormaeche y San Martín".
‑ ¿Coronda era un campo de concentración?
‑ Si "contestó Suárez Faisal‑. Era el lugar donde la dictadura tenía cautivos a sus opositores políticos. Es una definición en términos lingüísticos: un campo de concentración discrimina por ideología, creencias religiosas o identidad sexual. Y eso era Coronda. Y fue un campo de exterminio en los casos de Hormaeche, San Martín, Daniel Gorosito y Raúl Cominotto. Sobre todo en la época de Gendarmería.
El fiscal distingue dos etapas en la cárcel, antes y después del golpe. Hasta 1975, había privados de su libertad sin procesos judiciales o causas armadas por la ley 20.840, pero el régimen era razonable. En agosto de 1976, la cárcel es intervenida por Gendarmería (asume Zirone, a quien asisten y suceden Kushidonchi y Domínguez) y "ahí cambió todo", señaló Suárez Faisal. "A los presos políticos les sacan todos los derechos, hasta la dignidad. Y eso es una verdadera tortura, además de la violencia física o la privación del contacto con las familias. A partir de ese momento no tuvieron más vínculos con los familiares, apenas visitas de quince minutos cada 45 días y un diálogo a través de un tubo de PVC.La asistencia médica era nula y por eso ocurren las muertes de Hormaeche y San Martín, porque no tuvieron la mínima asistencia para sobrevivir. Era lógico que ese régimen de abusos derive en las complicaciones que los llevaron a la muerte", agregó.
En otras cárceles del país se aplicó el mismo plan, pero en Coronda "fue el más abusivo de la Argentina. En el alegato, yo lo comparé con Guantánamo. Si lo que dicen de Guantánamo es cierto, así era Coronda". "El aislamiento en las celdas de castigos ("los chanchos", las llamaban) durante las 24 horas en períodos de un mes o más, sin poder salir de un recinto de 1.50 por 2.50. Es la tortura más absoluta. Es inhumano. El objetivo era deshumanizar a los presos políticos, quebrarlos sicológicamente para que no pudieran pensar".
‑ Y se lo decían, que sólo iban a salir "muertos o locos".
‑ Es lo que les dijo Kushidonchi. "De acá van a salir muertos o locos". Eso prueba la representación de la muerte por el encierro. En la conciencia de Kushidonchi estaba representado que sus prisioneros se podían morir por el tratamiento que tenían en la cárcel.
‑ ¿O enloquecer?
‑ Exactamente. La "Campaña Pensionistas" que se aplicó en Coronda pone la piel de gallina "contestó fiscal. Pensionistas era un operativo de inteligencia del Ejército para el aniquilamiento físico y síquico de los presos políticos, a quienes dividía en"recuperables, difícilmente recuperables e irrecuperables".
‑ La sentencia tuvo un efecto muy reparador "señaló este diario.
‑ Sobre todo para quienes pudieron expresar en el juicio sus padecimientos. El Tribunal los escuchó a todos, incluso por hechos que procesalmente no formaban parte del juicio. Es que dar testimonio en un proceso oral que juzga a las personas que los tuvieron en cautiverio y los sometieron a tormentos tiene un efecto reparador. En su momento, tuvimos que cerrar la investigación para llegar al juicio y la condena; por Coronda pasaron más de 1.000 detenidos políticos (en el período 1975‑1979), en el debate se trataron 38 casos, si hubiéramos seguido en la instrucción, nunca llegábamos al juicio.
‑ ¿Por qué acusó por "tormentos agravados" y "tormentos agravados seguido de muerte" en los casos de Hormaeche y San Martín?
‑ Porque la intención de Kushidonchi y Domínguez era torturar a sus prisioneros, por aquello de que sólo iban a salir "muertos o locos". La muerte por la tortura era una de las posibilidades y ellos la aceptaron como tal. Entonces cuadra perfecto el delito de tormento agravado seguido de muerte. Era nuestra opinión y el Tribunal coincidió.
‑ ¿Qué lo impactó más del juicio?
‑ El sufrimiento y cómo perduró a través de los años, aún después de que salieran en libertad y de la vuelta de la democracia. Y aún después de que pudieron escribir el libro "Detrás de la mirilla" (en 2003 con prólogo del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel) y contar lo que les había pasado. En el juicio, vimos y escuchamos cómo el sufrimiento perdura en todos los presos políticos que padecieron este régimen, que los marcó para siempre. Y no sólo a ellos, sino también a sus familiares. Los testimonios de los hijos de Hormaeche y de Eduardo Foti fueron muy impactantes, muy duros "concluyó el fiscal.