Lejos de las copas y con la permanencia asegurada, Patronato y Banfield cerraron ayer sus temporadas con un empate sin goles en Paraná. Con pocos espectadores, un césped dañado y dos equipos que no se lucieron, lo único destacable del encuentro fue la actuación de Mariana De Almeida y Gisella Bosso como juezas de línea, lo cual marcó un hito en la historia del fútbol argentino de Primera División. El partido mostró a un equipo local que se paró para jugar de contra y esperó el error de Banfield, que rápidamente se adueñó de la pelota y apostó, sin fortuna, por los remates de larga distancia.