La pérdida de poder adquisitivo del salario de los docentes universitarios impacta con más fuerza en las mujeres, ya que ocupan la mayoría de los cargos de menor jerarquía en la escala docente, según detalla un informe realizado por el Centro de Estudios Atenea en conjunto con la Federación de Docentes de las Universidades (Fedun). El estudio analiza la situación del salario de los profesores en los últimos dos años y concluye que “las mujeres pierden por partida doble”, en un contexto que no anticipa mejoras, sino todo lo contrario, luego de que ayer el Gobierno reiterara su oferta de un 15 por ciento de aumento en la paritaria del sector.
El informe indica que la inflación que marcó los primeros meses del gobierno de Mauricio Macri –diciembre de 2015 a mayo de 2016– generó una pérdida del poder adquisitivo en los docentes universitarios que aún no se ha recuperado. Los cargos de menor jerarquía en la escala docente –ayudantes de primera y jefes de trabajos prácticos– fueron los más perjudicados por la caída del valor de los sueldos y esto se ve, por ejemplo, en que mientras para un cargo de adjunto la pérdida acumulada desde diciembre de 2015 a marzo de 2018 suma 18.169 pesos, para un cargo de ayudante de primera alcanza los 22.154 pesos.
El estudio detalla también el porcentaje en el que deberían aumentar los salarios para compensar la inflación acumulada desde diciembre de 2015 hasta marzo de 2018: un cargo de titular requeriría un aumento de un 7,90 por ciento, pero para un ayudante de primera se necesitaría casi el doble, un 14,60 por ciento.
En tal contexto, el hecho de que las mujeres sólo sean mayoría en los cargos de menor jerarquía genera que la pérdida de poder adquisitivo sea mayor para ellas. Las mujeres son el 54 por ciento de los ayudantes de primera y el 52 por ciento de los jefes de trabajos prácticos.
“A medida que aumenta la jerarquía de los cargos, empieza a disminuir la presencia de mujeres y aumenta la de los hombres, lo que refleja con claridad el famoso techo de cristal: las mujeres están igual o mejor calificadas que los hombres, pero no pueden acceder a los cargos de mayor jerarquía debido a las barreras socioculturales invisibles que limitan su crecimiento profesional”, detalla el estudio. La mayor diferencia en la distribución de los géneros por puesto se da en el cargo de titular –el más alto de la escala–, donde los hombres predominan con un 62 por ciento.
“La universidad, que debiera ser un ejemplo para el resto de la sociedad, reproduce las desigualdades de género. Este diagnóstico debe convocar a que se tomen medidas que permitan la paridad en el acceso a los cargos de mayor jerarquía, lo que se verá trasladado en un achicamiento de la brecha salarial entre hombres y mujeres”, concluye el informe de la organización sin fines de lucro Atenea.