El 15 de mayo, los palestinos conmemoran el Día de la Nakba, un evento anual que recuerda el desplazamiento de palestinos en 1948 y las protestas por el continuo rechazo de Israel a su derecho a retornar.
Este año, el día de la Nakba llega mientras la administración Trump cumple con su promesa de mudar la embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv a Jerusalén. La inauguración de la nueva embajada de Estados Unidos se presenta en medio de protestas en la Franja de Gaza ocupada por Israel. En respuesta, las fuerzas israelíes han matado a decenas de manifestantes palestinos, hiriendo a cientos más.
La convergencia del 70º aniversario del día de la Nakba con estos desarrollos contemporáneos es una oportunidad para considerar su significado en el pasado, presente y futuro.
La Nakba fue la expulsión sistemática de los palestinos y la destrucción de sus comunidades. Durante un período de dos años, entre el 85 y el 90 por ciento de los palestinos que vivían en lo que se convirtió en el Estado de Israel fueron expulsados y cientos de sus pueblos destruidos. Se usó el temor y la violencia para vaciar las comunidades palestinas. A los expulsados se les impidió físicamente regresar. Para 1952, Israel había aprobado leyes para expropiar las tierras de los refugiados y negarles su ciudadanía.
Sin embargo, la Nakba no es solo sobre el pasado, ya que los palestinos siguen siendo desplazados y maltratados por las autoridades israelíes de hoy. Los palestinos están siendo abatidos por francotiradores israelíes en Gaza –incluyendo a más de 250 niños que fueron heridos con balas de plomo desde el 30 de marzo, de acuerdo con Save the Children– viven bajo un bloqueo devastador.
La embajada de los Estados Unidos, mientras tanto, está ubicada ahora en una ciudad cuyos límites municipales incluyen el territorio ocupado anexado ilegalmente. Las autoridades de Jerusalén intentan abiertamente mantener a la “mayoría judía” en la ciudad, incluso desalojando a las familias palestinas y demoliendo sus hogares. En Cisjordania, las fuerzas israelíes rutinariamente derriban y desplazan a las comunidades palestinas. A principios de este mes, los soldados allanaron el barrio palestino en Masafer Yatta, dejando a 26 personas sin hogar.
Pero la importancia de Nakba también es sobre el futuro. Para Israel, el regreso de los refugiados palestinos significaría ponerle fin a la mayoría judía creada por el desplazamiento forzado. Mientras las cuestiones prácticas son importantes y hay muchos precedentes para sacar conclusiones con respecto al regreso de los refugiados, el obstáculo más importante para los derechos de los refugiados palestinos es el rechazo israelí.
Con los nacionalistas de extrema derecha que dominan a los gobiernos de Estados Unidos e Israel aparentemente comprometidos, Israel sigue desplazando a los palestinos 70 años después de la Nakba. Sin tener que rendir cuentas a nadie, continuará haciéndolo.
El regreso de los refugiados palestinos no es solo hacer lo correcto legal y moralmente, sino que también es la única ruta hacia una solución justa y sustentable, tanto para los palestinos como para los judíos israelíes.
* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.