A los taxistas que deciden tomar por el camino más largo.

A los que  piensan que las gordas somos gauchitas porque tenemos que merecer que nos cojan. 

A las vendedoras de comercios chetos que cuando pasás por la puerta te escanean y entonces pueden decirte peso, estatura y presión arterial. Te miran y te dicen “para vos,  no flaqui, para vos no hay talle”.

A los que siempre tienen el chiste fácil en la boca.

A los borrachos que piensan que tenés ganas de que te hablen al oído.

A los obsecuentes, a los cotidianos opinólogos de tu vida y la de todas. Para ellos van los deseos malos. Así malos como una mentirita blanca, como que se corte el wifi. Que no te arreglen el aire de la oficina. Que te cortes los dedos con papel todos los días.

Después vienen los otros, a los que les tengo reservado malos deseos, deseos malvados que ensucian el aura y acrecientan el karma como a los que aún hoy dicen “no fueron 30.000” y a los que aún lo dudan. A los que propagan mentiras y dejan en libertad a genocidas y rinden pleitesía a torturadores. A ellos les deseo que la felicidad no les alcance ni aunque les golpee la cara.

Como a la ginecóloga que me mintió en la cara, al anestesista que se rió de mis formas, a las enfermeras que me dijeron “por qué no le aflojás a los postres” y al Jefe de ginecólogos que se metió en mi útero y habló de él como si yo no estuviera, como si no escuchara… a ellos les deseo lo mismo. Les deseo estar rodeados de sus peores miedos, atados a una camilla sin poder moverse del cuello para abajo.

Y a vos machito compulsivo que te escondés detrás de mujeres y varones, disfrazado de piropos, perpetuando patrones que nos degradan, humillan, nos golpean, encasillan... A vos femicida de moda que te gusta imitar las últimas formas de hacer mierda nuestro cuerpo, que nos empalás, nos violás en grupo, nos metés en bolsas de consorcio. A vos que preferís que te pensemos monstruo, enfermo, psicótico, para vos  no tengo una imaginación lo suficientemente creativa para desearte cosas malas.

* Actriz en el grupo Independiente “Ni chicha Ni limonada”, de Villa María, Córdoba.