Que se le caigan 50 cabellos diarios a cada creativo publicitario que piense un comercial con mujeres que se enamoran de productos femeninos, minas que bailan y/o saltan en una colina verde (o cualquier otro lugar) movidas por la felicidad que les genera menstruar y/o cualquier utilización de la palabra “divertido” en comerciales sobre comida de los chicxs, limpieza del hogar y la vida en general. Cuando se quede pelado, que le crezcan pelos larguísimos en la nariz, orejas y meñiques.
Que cada hombre que sienta deseos de realizar algún tipo de acoso callejero sufra de una masiva invasión de ladillas que no se cure con ningún medicamento hasta que jure no hacerlo más.
Que toda persona que le niegue una oportunidad laboral a una mujer por el sólo hecho de ser mujer sea víctima de un furioso caso de mal aliento que aleje a todos sus seres queridos mientras dure la decisión discriminatoria.
Que todo tipo que envíe fotos de su miembro no solicitadas reciba cada día del año a las 6:30 AM la visita de representantes de distintos credos que no descansarán hasta convencerlo de unirse a sus filas.
Pisará caca de perro cada día del 2017 toda persona que pronuncie las frases: “las nenas no hacen esas cosas”, “hacete hombre”, “los varones no lloran”, “las chicas nos ocupamos de la comida mientras ellos miran el partido” y similares.
Por último, como comediante, mi mejor peor deseo para el 2017 es que la próxima persona que me pregunte a mí o a mis colegas “¿es distinto hacer reír siendo mujer que siendo hombre?” sufra de ataques de risa seguidos por incontinencia urinaria cada vez que escuchen la palabra culo.
Culo. Culo. Culo. Culo. Culo. Culo.
* Comediante y guionista (ahora en Snorkel Stand Up) y productora en “Cosa de minas”.