“La universidad, como elemento de la conciencia crítica de la sociedad, está llamada a jugar un papel clave en la construcción de ese mundo nuevo posible; no solo forma la intelectualidad progresista y comprometida con su pueblo para llevar adelante los proyectos del desarrollo, sino que, además, educa, forja valores y actitudes”. Así se expresó reiteradas veces el flamante presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante los tradicionales Congresos de Educación Superior y Pedagogía que se desarrollaron los últimos años en la ciudad de La Habana.
La preocupación de Díaz-Canel por el ámbito educativo no es casual: en su trayectoria política está el haber sido titular del Ministerio de Educación Superior Cubano, algo poco habitual, al menos en Latinoamérica. “Lo más importante no es únicamente la cantidad de conocimientos con que egrese el universitario, sino cuán preparado está para enfrentar y transformar el mundo en que vivimos”, dijo el primer mandatario de Cuba nacido después del triunfo de la Revolución, en reemplazo de Raúl Castro.
Con un perfil fuertemente ligado a la educación y la innovación, Díaz-Canel siempre celebró el éxito de las políticas universitarias de su país al manifestar que “la educación superior cubana está enfrascada en ratificar su modelo de universidad científica, tecnológica y humanista, dinámica y proactiva, que asume la responsabilidad de poner su formación al servicio de las demandas y las necesidades del desarrollo social”.
Durante los Congresos en La Habana, donde convergen académicos, funcionarios y referentes sindicales de gran parte del mundo, Díaz-Canel estableció un fluido vínculo de trabajo con diferentes gremios latinoamericanos, entre ellos, la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN).
Sobre el nuevo presidente cubano, el Secretario General de FEDUN, Daniel Ricci, manifestó: “Sabemos de su compromiso con la educación, de su preocupación y su trabajo en torno al rol social de la universidad, más allá de sostener e incentivar la por todos ya conocida excelencia de los profesionales cubanos. Además, está comprometido con la facilitación de herramientas tecnológicas, en pos de la informatización de la educación y de toda la sociedad cubana. La revolución cubana es un ejemplo para toda la región de políticas educativas inclusivas y de calidad”.
En este nuevo escenario, desde el máximo cargo de la República, vale esperar que Díaz-Canel brinde nuevos impulsos y motorice innovaciones en el ámbito universitario cubano, con repercusión en toda la sociedad. Cabe esperar que la educación sea eje de sus políticas de Estado.