Guatemala inauguró ayer oficialmente su embajada en Jerusalén con la presencia del presidente del país, Jimmy Morales, y del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. La inauguración de la legación se produjo dos días después de que lo hiciera Estados Unidos.
“Guatemala siempre está entre los primeros”, recordó Netanyahu en el acto, en alusión a que el país fue el segundo en reconocer la fundación del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948, después de Estados Unidos, y el primero de Latinoamérica. Además, en 1956 fue el primero del mundo en establecer en Jerusalén su embajada, destacó la embajadora guatemalteca, Sara Solís, también presente en el evento.
“Guatemala, dicen muchos, tomó una decisión valiente. Dimos un paso al frente hacia el amor, la prosperidad y la paz y puedo afirmar que traerá un legado de enormes beneficios para nosotros”, aseguró Jimmy Morales poco antes de que se cortara oficialmente la cinta de inauguración. “En dos ocasiones he visitado Israel, pero me bastó para ver la calidad de su pueblo, su prosperidad y que es una luz para las naciones en el mundo”, agregó el mandatario.
“El de hoy es un hecho trascendental para las futuras generaciones. Sus hijos recordarán que sus amigos tomaron decisiones valientes en favor de Israel, reafirmando la creencia de que somos hermanos y amigos que podemos caminar juntos”, continuó Morales. “¡Misión cumplida! Desde hace 70 años decidimos ayudar y ser amigos de Israel, y hoy lo volvemos a mostrar”, finalizó el mandatario.
También Netanyahu recordó el apoyo de Guatemala desde el principio, y sobre todo el trabajo de lobby del embajador guatemalteco ante la ONU en 1947, Jorge Granados, que impulsó el apoyo al plan de partición de Palestina que dio paso al surgimiento de Israel un año más tarde. “A causa de ello hay una calle aquí muy cerca que se llama Guatemala, y calles en muchas ciudades israelíes que se llaman Guatemala”, aseguró el primer ministro.
“Guatemala es nuestra amiga, entonces y ahora; compartimos tantas metas y valores y aunque estemos lejos, en realidad no lo estamos”, añadió Netanyahu.
Al iniciar el acto de inauguración, Solís calificó el día de ayer como un día histórico, y la también presente ministra de Relaciones Exteriores de Guatemala, Sandra Jovel, se refirió a Jersusalén como la capital eterna de Israel.
El dirigente israelí prometió luego, en una recepción en honor a Morales, que próximamente hará una visita oficial al país centroamericano. “Tenemos la intención de ir a Guatemala, hablamos de ello en una reunión de los países de América Latina, con el objetivo de ver florecer la amistad, primero en Guatemala y luego en cualquier otro lugar de Latinoamérica. Ustedes son la cabeza de puente”, aseguró Netanyahu.
El país centroamericano siguió así el movimiento iniciado por el presidente estadounidense, Donald Trump, en una fecha que coincidó además con las celebraciones de los 70 años de la creación de Israel. La semana próxima será a su vez el turno de Paraguay de trasladar su embajada.
Tras la inauguración de la legación estadounidense el lunes se produjeron graves disturbios en la Franja de Gaza en los que los soldados israelíes mataron a 60 palestinos, un hecho que desató fuertes críticas internacionales.
El traslado de las embajadas de Tel Aviv a Jerusalén es objeto de discordia porque el estatus de la Ciudad Santa debe establecerse según la comunidad internacional en el marco de futuras negociaciones de paz entre Israel y los palestinos, quienes además reclaman la parte Este de la ciudad como la capital de un futuro Estado propio. Por el contrario, Israel exige que toda Jerusalén sea su capital.
El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, señaló ayer, por su parte, que Guatemala eligió estar en el lado equivocado de la historia. “Con este gesto, el país centroamericano se sitúa al lado de las violaciones de la ley internacional y los derechos humanos y da un paso hostil contra los palestinos y el mundo árabe” expresó Erekat en un comunicado.
Según el representante de la OLP, la narrativa presentada por el Gobierno guatemalteco para justificar esta decisión también reflejó su alianza con quienes llamó la ocupación israelí y los fundamentalistas de derechas. “El hecho de que usen la Biblia y la Cristiandad como excusa para trasladar su Embajada a Jerusalén, en contradicción con la posición de la Santa Sede, 13 iglesias de Jerusalén y líderes cristianos en todo el mundo, subraya la naturaleza fundamentalista del régimen israelí y sus aliados como el gobierno guatemalteco”, acusó Erekat. El veterano líder palestino advirtió, además, que la Liga árabe y la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), así como otros aliados, también en América Latina, tomarán, según dijo, las medidas necesarias.
Arie Kacowicz, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Hebrea, señaló que hasta 1980 Guatemala y varios países latinoamericanos –entre ellos Bolivia, Chile, Venezuela y Uruguay– tenían su embajada en Jerusalén. Pero entonces se produjo la anexión mediante una ley de Jerusalén Oriental, que había sido ocupado en la guerra de 1967, y el Consejo de Seguridad de la ONU instó a los países a trasladar sus legaciones a Tel Aviv.
“Israel y Guatemala tienen buenas relaciones desde hace tiempo”, dijo Kacowicz. El motivo del traslado es en su opinión, sin embargo, “no sólo la relación con Israel, sino también su gran dependencia (de Guatemala) de Estados Unidos”.
En 1994, Guatemala ya tenía la intención de trasladar su embajada a Jerusalén. El entonces presidente, Ramiro De León, dio la orden, pero finalmente se echó atrás ante las protestas en su propio país. En enero, Israel declaró a Guatemala país prioritario para la cooperación y en marzo visitó la nación el director de la agencia de cooperación internacional para el desarrollo del Ministerio de Exteriores (Mashav), Gil Haskel.
La medida podría causarle, sin embargo, problemas comerciales a Guatemala, ya que el país es el mayor productor mundial de cardamomo y su principal mercado son los países árabes. Los aproximadamente 40.000 productores locales temen sufrir ahora un boicot.