Cientos de refugiados están regresando a la región de Calais y viviendo en “campamentos secretos” con la esperanza de llegar al Reino Unido. Hay al menos seis asentamientos informales en las áreas rurales de la región Nord-Pas-de-Calais, cada una de las cuales alberga un gran número de refugiados y migrantes, cuyo número aumentó firmemente en las últimas semanas.
Sucede dos meses después de la demolición de la Jungla, que tenía por objeto poner fin a la situación de los refugiados en Calais, destruyendo la villa miseria y dispersando a sus residentes a los centros de recepción en toda Francia, operación que las autoridades consideraron un “éxito” .
Sin embargo, decenas de refugiados y migrantes que fueron llevados en autobuses a los centros de recepción comenzaron ahora a hacer el viaje de regreso al norte de Francia. Muchos de ellos son niños cuyas solicitudes de asilo fueron rechazadas por el Ministerio del Interior a principios de este mes y decidieron hacer su propio camino al Reino Unido después de haber sido sometidos a precarias condiciones de vida en los centros de acogida franceses.
Uno de los campos secretos se encuentra al lado de un pequeño pueblo francés llamado Norrent-Fontes, a unos 30 kilómetros del puerto de Calais. Alrededor de 130 refugiados viven actualmente en el campo, que existe desde 2008, pero las cifras aumentaron rápidamente en las últimas semanas, ya que los refugiados –en particular los menores de edad– comenzaron a abandonar los centros de recepción.
Julien Muller, voluntario de una pequeña organización benéfica francesa llamada Terre d’Errance, que suministra ayuda en el campamento de Norrent-Fontes y dijo que era uno de los seis elegidos alrededor de la región Nord-Pas-de-Calais, dijo que “hay más y más gente volviendo. Esta semana han llegado varias docenas de personas. Supongo que crecerá más en los próximos meses”. Y agrega: “algunos querían quedarse en Francia, pero esperaron durante dos meses y ni siquiera se les dio la oportunidad de solicitar asilo. Se dieron por vencidos”.
Sue Clayton, defensora de los refugiados y profesora de la Universidad de Goldsmith, descubrió el campamento oculto a principios de este mes. Al describirla como una “mini-jungla”, dijo que las condiciones eran “terribles” y que los residentes del asentamiento informal parecían tener miedo de aceptar la ayuda por temor a llamar la atención de las autoridades. “Lo ves a través de los árboles y es como una mini-jungla. Los refugios se arman con varios trozos de madera y lona, o lo que puedan agarrar. Se han dividido por lo que hay una sección de hombres y una sección de mujeres y niños”.
Clayton señaló que pese a la condición en la que viven, los refugiados sienten que Calais es familiar. “Las autoridades descubrirán que más y más de estos campos secretos aparecerán porque estas personas están cada vez más frustradas. Muchos hicieron el largo viaje de regreso desde los centros a la zona de Calais, que les es familiar, como una casa –o tan cerca de una casa como pueden hacerlo”.
El campamento está a unos dos kilómetros de un desvío en la ruta que lleva al puerto de Calais, donde los conductores de camiones a menudo hacen su última parada antes de cruzar, convirtiéndolo potencialmente en un “paraíso de traficantes”.
“Los habitantes del nuevo campamento pueden caminar a través de varios campos y hay un parador donde los camiones estacionan durante la noche –la última parada antes de pasar por el puerto”, dijo. “Es donde se hacen los tratos, muy lejos del puerto. Es un paraíso para los traficantes. Todos en este nuevo campamento dependen de ellos”.
Shahajhan Khan, una refugiada de 15 años de Pakistán que vive en uno de los centros designados para niños en Anemasse, una ciudad fronteriza franco-suiza, junto con otros 19 niños refugiados, señaló que él y sus amigos estaban planeando salir del centro y regresar a Calais. El joven fue informado recientemente que él y la mayoría de sus amigos fueron rechazados por el Ministerio del Interior, y dijeron que ahora no tenían otra opción que regresar a Calais con la esperanza de “otra jungla”.
Agregó que estaban “viviendo como burros” en el centro de acogida, y proporcionó a The Independent imágenes del lugar donde duermen y de una comida de pan y yoghurt. El dijo: “Nos prometieron que nos llevaría al Reino Unido, pero que teníamos que tener paciencia. En este centro nos tratan como burros. Estamos viviendo en una fábrica y estamos comiendo pan en mal estado. Ahora nos dicen que no podemos ir. Significa que debemos regresar a Calais”.
“Si no iban a llevarnos, deberían habernos dicho claramente. Nos fuimos de la jungla con la condición de que íbamos a ir al Reino Unido. Aceptamos estas condiciones sólo para ir al Reino Unido, y ahora están diciendo que tenemos que renunciar”.
La prefectura de Nord-Pas-de-Calais rechazó los informes de que hay seis asentamientos informales en la región, negando que aumentó el número de refugiados. “Desde el desmantelamiento de la Jungla, no se estableció ningún nuevo campo en Calais” afirmó un vocero.
Cada semana se descubren alrededor de 200 migrantes en camiones de carga durante los controles del cruce del canal. Si se confirma que los migrantes están ilegalmente en territorio nacional, son detenidos. Un voluntario de Calais Migración Solidarity, que habló bajo anonimato, dijo que los refugiados continuarán regresando en cada vez mayor número.
“Los inmigrantes solían permanecer dentro de la ciudad, pero ahora con los controles de la policía en todas partes cuando llegan a Calais rápidamente se esconden. Se mantendrán en silencio y permanecerán en lugares escondidos durante unos meses y luego la situación cambiará nuevamente, porque habrá más y más gente llegando”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12
Traducción: Celita Doyhambéhère.