Irlanda se apresta a votar el próximo 25 de mayo el referéndum sobre despenalización del aborto, en un país que hasta ahora cuenta con una de las legislaciones más restrictivas de Europa.
Simon Coveney, del Fine Gael, partido demócrata cristiano irlandés, afirmó que "el aborto es una realidad en este país” y que hay mujeres que “se ven obligadas a tomar decisiones, en mi opinión, sin contar con el apoyo del sistema de salud y de los médicos". Su declaración no solo tiene relevancia por el cargo que ocupa sino porque proviene de un católico practicante, para quien "es necesario proteger los derechos de las mujeres".
Coveney secunda al primer ministro y líder del Finae Gael, Leo Varadkar, homosexual, y de ascendencia india, que fue quien impulsó la reforma de la llamada “octava enmienda”, que solo permite el aborto en aquellos casos en los que la vida de la madre corra peligro.
La ley vigente no contempla la posibilidad de interrumpir el embarazo ni siquiera en casos de incesto, violación o malformación del feto, que sí comprenden otras legislaciones. Las penas llegan hasta 14 años de prisión para las mujeres y los profesionales que las asistan en un aborto.
La reforma propuesta por el ministerio de Salud irlandés permitirá el aborto en todos los casos durante las primeras doce semanas de gestación y dentro de las primeras 24 en casos excepcionales.
Coveney subrayó la contradicción que representa que “miles de mujeres de Irlanda” puedan cruzar al Reino Unido Unido y abortar mientras que están penadas en su propio país. "No estoy dispuesto a permitirlo más y por eso defiendo el Sí'", aseguró el dirigente, quien recordó que el sistema de salud británico calculó que en 2015 3451 mujeres irlandeses se practicaron abortos en Gran Bretaña. La cifra asciende a 165 mil desde 1980.
Según el Irish Times, a ocho días de la consulta, un 44 por ciento del electorado votaría por el Sí, mientras que el 32 por ciento se inclina por el No. La encuesta registra un 17 por ciento de indecisos.