El polémico concurso “Miss Cola Reef” que organiza la marca deportiva en Mar del Plata fue suspendido por la misma empresa luego de años de reclamos de las organizaciones feministas. El argumento empresario fue que se suspendió ante la “sensibilidad que empezó a causar el tema de la violencia de género en el país”.
La marca asociada a la ropa deportiva para surfers organiza desde hace casi un cuarto de siglo el torneo deportivo internacional Reef Classic, en Mar del Plata. Como cierre de la actividad deportiva, la misma marca organizaba el concurso “Miss Cola Reef”, en el que se selecciona a una mujer de entre varias postulantes y se la premia por características físicas y cánones de “belleza” acordes con el lugar de objeto sexual en el que es ubicada por la mirada machista.
En lugar del polémico concurso, la empresa anunció que organizará una competencia de trucos de destreza de surf, la entrega de premios y actividad musical con un DJ.
Hasta el momento ya fueron suspendidos o eliminados alrededor de 20 concursos en diferentes localidades, siguiendo los reclamos de las organizaciones feministas. El último concurso de “belleza” que había sido dado de baja fue el de la reina de Turismo de Gualeguaychú, organizada por la municipalidad de la ciudad entrerriana. De todos modos, en esa localidad no se vetó la organización del concurso de reina del Carnaval. El argumento es que se trata de un evento privado y no se le puede imponer una prohibición, lo que resulta curioso. A principios de año, Puerto Madryn canceló el concurso Bikini Open, luego de ser denunciado por discriminatorio y sexista. En aquella oportunidad, organizaciones de mujeres, sindicales y políticas lograron imponer su criterio sobre la novena edición del Bikini Open, que tradicionalmente organizaba una FM local. La decisión se logró impulsando la propia Carta Orgánica Municipal, reformada en 2010, que establece entre los compromisos asumidos por el gobierno local, promover y defender “la igualdad de género” y “la igualdad de trato” entre varones y mujeres.
En cuanto al concurso en Mar del Plata, el argumento de la empresa pareció más sujeto a la inconveniencia de asociar violencia de género con la marca, que a reconocer que los concursos de “belleza” contribuyen a sostener a la mujer como objeto sexual y subrayar valores superfluos y discriminatorios.