El martes por la tarde se hizo viral un extraño manual de la AFA desarrollado para un curso gratuito pensado para futbolistas, dirigentes y entrenadores, prontos a viajar a Rusia por el mundial. El objetivo del manual y del curso, a cargo del profesor en idiomas, Dr. Eduardo Pennisi, era básicamente preparar a los viajeros para semejante choque cultural. En esta era tan globalizada resulta risorio el curso, pero, por otro lado, entiendo también la necesidad de la clase media de hacer cursos, hacer cosas, tener hijos, mantener el tiempo ocupado, yo también lo hago, generarme responsabilidades digo, creer que algo o alguien te necesita, o que algo o alguien necesita ser hecho o ser cursado. Me está por venir, ¿se nota? Bien. Vuelvo. Sorprendentemente, este insólito manual repartido en este insólito curso (a mi entender, fácilmente reemplazable con una buena gugleada del tipo “historia de Rusia”) contenía, ademas de algunos datos históricos sobre el país, un apartado con consejos para conquistar chicas rusas. Un periodista en el aula tuvo el tino de sacarle una foto y subirlo enseguida a Twitter.
¿Un solo periodista encontró extraño estos consejos para “levantarse” chicas en una clase sobre cultura rusa? ¿O fueron muchos, a los que simplemente les dio paja expresarse al respecto? Estamos siempre acá llenando el espacio vacío de nuestras vidas con cursos de cerámica, pero después pasa algo tan injusto como gracioso en el curso de cerámica y no lo sabemos aprovechar. Ahí se necesitaba una valiente levantada de mano, que vuelva al día memorable, diferente: “Disculpe profesor, en este jarrón de cerámica que nos está enseñando a hacer hay todo tipo de simbologia nazi, ¿Cuándo quiere que le peguemos?
¿Ahora o en el recreo?”
¿Por qué estas cosas no me pasan a mí? ¿Por qué no estoy yo en ese curso para levantar la mano? “Disculpe profesor, ¿Usted se piensa que somos boludos o hijos de boludos? ¿A quién carajo se le ocurre que vengo acá a que me expliquen como hablar con personas?”. No. Esto no sucedió, la gente pierde la posibilidad de actos cómico-heroicos todos los días.
El nefasto título del capítulo del manual rezaba: “Qué hacer para tener alguna oportunidad con una chica rusa”. Dos cosas se dan por sentado por la mera existencia de este capítulo en el manual:
1) En el curso no hay periodistas, ni futbolistas, ni dirigentes que sean mujeres u hombres homosexuales
2) Los hombres heterosexuales argentinos, al menos los que viajarán a Rusia, no tienen la más mínima capacidad de entablar conversaciones no desubicadas.
Todos los consejos para conquistar mujeres que pueden encontrarse en libros, en blogs, en videos y hasta en seminarios presenciales de cientos de ladris alrededor del mundo tienen siempre una premisa en común. La maravillosa revelación. La perspectiva nueva para los chabones, eso que nunca antes habían pensado en hacer. Lo que siempre subyace en todos los consejos para levantarse “minitas” es básicamente lo siguiente: “Trata a la mujer que te quieres levantar como si fuera UNA PERSONA”. Lo que dejan en claro siempre estos estúpidos “tips” es que lo romántico en nuestro siglo no son los grandes gestos galantes, sino sencillamente no tratar a las mujeres como perros sarnosos. Todos los consejos para enamorar a una mujer, son siempre los más fundamentales códigos de respeto entre dos seres humanos sin importar los géneros. Estas son las primeras líneas de los consejos del manual del la AFA, que comprueban todo lo que digo. La primera oración de todos los puntos está idéntico del manual, lo que sigue soy yo, claro.
1) Las chicas rusas como cualquier otra chica ponen mucha atención a si eres limpio. Sorprendente, las rusas y demás mujeres del mundo no saben apreciar los crostones de caca colgando de tus huevos.
2) A las chicas rusas no les gusta que las veas como objetos
Insólito, las chicas rusas también quieren ser consideradas personas. Fuerza compañero, es difícil esta parte.
3) Las chicas rusas odian a los hombres aburridos.
Estas putas están desatadas, abandona el país, compañero.
4) No seas negativo.
También entendemos que eres víctima de un patriarcado que solo valora tu masculinidad y virilidad basada en cuanto has puesto el pito en cuerpos de mujeres. Es hora de que pienses en esto, pero nada de volverte feminazi.
5) No hagas las preguntas típicas.
¡No hables del clima! ¡Estúpido! ¡Ya arruinaste todo, no la vas a poner nunca así! Eres una más inútil que una mujer.
6) Normalmente no les gusta que tengas el monopolio de la conversación.
Esto, Mati, tenelo en cuenta en tu reunión con amigos y familiares también, de verdad estás muy pesado.
7) No la impresiones de manera equivocada (…) No hables de dinero.
Si bien Fantino suele preguntar a sus invitados “cuál es tu relación con el dinero”. Esta pregunta queda muy mal en otros ámbitos. Queda muy mal en Fantino también. Mati, no hables de plata ni uses de referente a Fantino.