El ex presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, continuará con su candidatura a las elecciones presidenciales de octubre, pese a su reclusión desde inicios de abril, según confirmó ayer en una carta que publicó en el diario francés Le Monde.
“Soy candidato a la presidencia de Brasil porque no cometí ningún crimen y porque sé que puedo hacer que el país retome el camino de la democracia y del desarrollo, en beneficio de nuestro pueblo”, afirmó Lula, cuya foto apareció en la tapa del periódico, uno de los principales de Europa. “Soy candidato para devolver a los pobres y excluidos su dignidad, la garantía de sus derechos y la esperanza de una vida mejor”, agregó.
Tras hacer un repaso de su trayectoria política, el ex mandatario denunció lo que calificó como la campaña de difamación contra él y su partido –el Partido de los Trabajadores (PT)– por parte, dijo de la mayor empresa de prensa brasileña y de los sectores judiciales. “Terminé mis mandatos con el 87% de aprobación popular. Es lo que el actual presidente de Brasil, que no fue electo, tiene de rechazo hoy”, añadió Lula. “Cada día más y más brasileños rechazan la agenda contra los derechos sociales del golpe parlamentario que abrió camino para un programa neoliberal que había perdido cuatro elecciones seguidas y que es incapaz de ganar en las urnas”, afirmó.
La carta se publicó un día después de que se divulgase otra misiva en la que seis ex jefes de estado europeos, entre ellos el francés François Hollande y el español José Luis Rodríguez Zapatero, pedían la concurrencia de Lula a las elecciones presidenciales. “En 2009, Le Monde me nombró ‘hombre del año’. Recibí este y otros homenajes, no como mérito personal, sino como reconocimiento a la sociedad brasileña, que se había unido para, a partir de la inclusión, promover el crecimiento económico”, continuó Lula. El ex mandatario recordó, además, que durante su gobierno, sacaron a 36 millones de personas de la miseria extrema y que condujeron a más de 40 millones a la clase media, y subrayó que estas acciones tuvieron continuidad durante el gobierno de Dilma Rousseff, destituida por un golpe parlamentario. “Fue el período de mayor prestigio internacional de nuestro país”, aseguró el líder petista.
“Hoy Brasil se convirtió en un paria en política externa, un país que los líderes internacionales evitan visitar” sentenció Lula y agregó: “y América del Sur se fragmenta, con crisis regionales cada vez más graves y menos instrumentos diplomáticos de diálogo entre los países”. En este sentido, el ex presidente destacó que bajo su mandato, Brasil lideró los esfuerzos de la agenda ambiental y de la lucha contra el hambre, además de haber sido partícipe él mismo de la creación de los BRICS –que reúne a los países emergentes: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica– y de la Unasur.
“Yo goberné una de las mayores economías del mundo y no acepté presiones para apoyar la guerra de Irak y otras acciones militares. Dejé claro que mi guerra era contra el hambre y la miseria. No sometí a mi país a los intereses extranjeros en nuestras riquezas naturales”, subrayó Lula y advirtió que Brasil precisa reconquistar su soberanía y sus intereses nacionales.
El ex mandatario también dirigió sus palabras contra quienes lo acusan de corrupción: “Volví después del gobierno al mismo departamento del que salí, a menos de un kilómetro del Sindicato de los Metalúrgicos de la ciudad de San Bernardo del Campo, donde inicié mi vida política. Tengo honra y no haré, jamás, concesiones en mi lucha por mi inocencia y por el mantenimiento de mis derechos políticos”, dijo. “Como presidente promoví por todos los medios la lucha contra la corrupción y no acepto que me imputen ese tipo de crimen por medio de una farsa judicial”, aseguró Lula.
El líder del izquierdista PT fue condenado por la Justicia brasileña a 12 años de prisión, por corrupción pasiva y lavado de dinero en el marco de la megacausa conocida como “Lava Jato”. A pesar de estar preso en la sureña ciudad de Curitiba, Lula continúa liderando en todas las encuestas de cara a octubre, con más del 30 por ciento de las preferencias de los electores.
“Yo ya fui presidente y no estaba en mis planes volver a candidatearme. Pero frente al desastre que cae sobre el pueblo brasileño, mi candidatura es una propuesta de reencuentro de Brasil con el camino de la inclusión social, el diálogo democrático, la soberanía nacional y el crecimiento económico, para la construcción de un país más justo y solidario, que vuelva a ser una referencia del diálogo mundial a favor de la paz y de la cooperación de los pueblos”, finalizó en la carta.