El partidos populista Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la Liga, (Ex Liga del Norte) de ultraderecha, anunciaron ayer un acuerdo definitivo para formar un Gobierno de coalición en Italia, aunque aún no está claro quién lo liderará. Los dos presentaron ayer el programa para su “Gobierno del cambio” en Italia, que prevé volver a la Europa de Maastricht, expulsiones masivas de inmigrantes y acabar con las sanciones a Rusia.
Tras varios días de trepidantes negociaciones con sus expertos técnicos estas dos formaciones, de corte euroescéptico, han redactado un documento definitivo de 30 puntos en el que dejan por escrito las que serán sus prioridades durante su gobierno. Uno de los aspectos que más interés suscitó fue su postura ante la Unión Europea y el resultado final acabó siendo mucho más tenue que el que se filtró en un borrador previo, en el que se pedía la posibilidad de abandonar el euro.
En el documento definitivo, el M5S y la Liga abogan por aplicar de forma “plena” los objetivos del Tratado de Maastricht de 1992 dados “los problemas surgidos en los últimos años”. Consideran “necesario revisar, junto a los socios europeos, la estructura de gobernabilidad económica europea”, pues creen que “en la actualidad es asimétrica y basada en el predominio del mercado respecto a la mayor dimensión económica y social”. En esa estructura que pretenden revisar citan la política monetaria de la Unión Europea (UE), el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, el Pacto Fiscal, el Mecanismo Europeo de Estabilidad y los procesos ante los equilibrios macroeconómicos excesivos.
También bajan el tono ante los acuerdos comerciales como el TTIP (La Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión) con Estados Unidos y el CETA con Canadá y avanzan que Italia “se opondrá a los aspectos negativos que supongan una excesiva reducción de la protección de los ciudadanos y un daño a la competencia”. Consideran esencial reforzar los poderes del Parlamento Europeo, al considerarlo como “la única institución europea con legitimidad democrática “, en detrimento de otros organismos, y reclaman una mayor implicación de las regiones europeas en la toma de decisiones. También apuestan por devolver a los Estados las competencias -no citadas- que “no pueden ser gestionadas eficientemente” por la UE y reforzar las que Bruselas tenga capacidad de implementar.
El M5S y la Liga confirman su compromiso con la OTAN, pero optan por una apertura a Rusia y el levantamiento de las sanciones a ese país. Otro de los temas candentes fue el de la inmigración, sobre todo porque la xenófoba Liga debe gran parte de su rédito político a este fenómeno, contra el que ha hecho campaña durante años. Apuntan que “la cuestión migratoria actual es insostenible” y en primer lugar apuestan por “superar el reglamento de Dublín” con un sistema de reparto de solicitantes de asilo “obligatorio y automático” entre países europeos. Parten de la base de que “la valoración de las solicitudes de protección de los inmigrantes debe producirse en los países de origen y tránsito” y no en destinos como Italia.
Cifran en 500.000 a los inmigrantes “irregulares” en Italia, por lo que creen oportuno impulsar las deportaciones y crear “centros de permanencia temporal” para aquellos que vayan a ser expulsados, gracias a los fondos restados de los destinados a la acogida. También quieren registrar a los imanes islámicos y ahondar en la financiación de mezquitas, que serán cerradas en caso de propagar un credo radical o de ser construcciones ilegales.
En el documento se habla también de una profunda reforma de la Justicia, con aumento de penas para corruptos y reducción de la edad legal; se introduce un Ministerio para la Discapacidad; se reduce el número de parlamentarios y del coste de la política y se pretende fomentar la natalidad, entre otros numerosos aspectos. Las medidas, según el programa, serían financiadas mediante “recortes en el gasto (público) y la gestión de la deuda (pública) y mediante un recurso apropiado y limitado a (aumentar) el déficit”, escriben.
El líder del M5S, Luigi di Maio, expreso su deseo de que el nuevo Ejecutivo “pueda echar a andar la próxima semana”, y su aliado, el dirigente de la Liga, Matteo Salvini, dijo que el lunes “seguramente” acudirán ante el jefe del Estado, Sergio Mattarella, que espera su propuesta.
“¿Les parece un sueño? Es un sueño que ahora puede convertirse en realidad”, escribió Di Maio. Aún no se sabe quién será el nuevo jefe de gobierno. Los dos partidos euroescépticos aún tienen que negociar en los próximos días sobre esta delicada cuestión. Di Maio expresó su alegría por el acuerdo de gobierno e invitó a todos los italianos a participar en una “ola de cambios”. “Finalmente hemos alcanzado el acuerdo para un Gobierno de cambio. Estoy muy feliz”, escribió en la web de partido.
Los militantes de ambos partidos han sido convocados a votar: en el caso del M5S, la consulta se celebró ayer en internet. La Liga optó por el método tradicional, las urnas, y sus bases podrán votar durante el sábado y el domingo en más de mil mesas por toda Italia.