“Parece haber una especie de animosidad brutal contra la juventud, contra los jóvenes más humildes y los jóvenes trabajadores. Hay una multiplicidad de factores que van generando la caída de su calidad de vida.” Juan Miguel Gómez es el flamante secretario de Juventud del Partido Justicialista (PJ) bonaerense. El militante de la agrupación Descamisados dialogó con PáginaI12 acerca de la situación de la juventud en los barrios del conurbano y los desafíos de la dirigencia peronista ante el neoliberalismo instalado en el gobierno nacional.
–El PJ de la provincia de Buenos Aires tuvo su relanzamiento en marzo. Reorganizar a la juventud en el distrito parece una tarea difícil. ¿Cómo encaran el armado de unidad en la JP?
–En la JP venimos desarrollando con los otros consejeros que integran la rama juventud distintos ejes de militancia, que tienen que ver con darle un nuevo protagonismo, un nuevo rol a la juventud peronista en el distrito. Por eso nos planteamos distintas líneas de trabajo. En primer lugar, debatimos y realizamos una caracterización sobre lo que fue la etapa de Néstor y Cristina y la transversalidad que eso generó en nuestra generación. Es decir que, transversalmente, más allá de los espacios orgánicos, agrupaciones, etc., tenemos una concepción común sobre determinadas políticas que se consolidaron en el pasado inmediato. Como los derechos humanos, el rol del Estado, el rol de la política. Nos parece interesante que la juventud vuelva a tener un rol en la construcción de un programa del peronismo que quiere para el futuro. Que se pregunte y construya la provincia, el país que quiere y qué peronismo quiere que gobierne. Laburamos con el concepto de unidad pero se plantea el interrogante de bajo qué programa queremos esa unidad. La JP tiene mucho que decir en relación con la construcción de ese programa del peronismo, de cómo el peronismo puede actualizar sus formas, parte de su doctrina, para respetar su origen fundamental y su objetivo prioritario, que es ser de alguna manera la estrategia de poder de los más humildes y los trabajadores en la Argentina.
–La realidad pone en primer lugar a la inflación, los tarifazos y la falta de trabajo que aquejan a la juventud y ahora se suma el Fondo Monetario Internacional (FMI). ¿Qué recibe la militancia política en los barrios?
–Lamentablemente, hay varios sectores que parecen ser los enemigos principales del modelo económico que gobierna la Argentina. Parece haber una especie de animosidad brutal contra esos sectores como la juventud, los jóvenes más humildes, los jóvenes trabajadores. Hay una multiplicidad de factores que van generando la caída de su calidad de vida. Los jóvenes son víctimas de la violencia institucional creciente que se vive producto del retroceso en materia de derechos humanos. Son víctimas fundamentales de la caída del empleo, porque las tasas de desempleo juvenil triplican las tasas de desempleo del resto de la población económicamente activa. Y también son víctimas los jóvenes en función de la caída de las condiciones educativas.
–El kirchnerismo abrió varias universidades nacionales en distintos puntos del conurbano. ¿Eso se ve reflejado en la realidad de los distritos?
–La creación de universidades públicas en el conurbano les da a los jóvenes algo que no tenían: la posibilidad de incorporarse a la educación superior. Estos jóvenes representan entre el 80 y hasta el 90 por ciento, en algunos casos, la primera generación de estudiantes universitarios. El modelo económico de Mauricio Macri tiene a las universidades estatales, a la educación estatal como sus principales enemigos políticos, lo dejó claro Macri cuando se planteaba antes de ser presidente qué sentido tenía que existan universidades en José C. Paz, en Avellaneda o en Florencio Varela. Bueno, está claro que una persona que nunca tuvo que viajar tres horas en tren y colectivo para ir a estudiar no entiende la importancia de que en lugares alejados del centro de la Capital Federal los jóvenes tengan la posibilidad de acceder a la universidad pública.
–Perón postulaba el trasvasamiento generacional como una de sus premisas políticas. ¿Existe hoy como premisa del peronismo?
–Hay trasvasamiento y tenemos que profundizar el camino de la renovación. Pero no como una idea de aggiornarse a las nuevas formas, sino que es un concepto de mayor profundidad. El último proceso de renovación que inició el peronismo fue el que inicio Néstor Kirchner, por dos cosas. Por un lado, porque incorporó agenda de los sectores populares que estaban fuera del peronismo, como derechos humanos, justicia social. Y el otro gran punto fue la incorporación de los jóvenes. Que provenían de distintos espacios de participación a través de la idea de la transversalidad: organizaciones sociales, sindicales, políticas y sectores partidarios que después fueron tomando mayor nivel de protagonismo. Me parece que un mandato histórico que tiene la juventud peronista es consolidar ese proceso de trasvasamiento generacional y cumplir un rol muy importante en la consolidación de espacios de poder, en trabajar y empujar la unidad, porque hoy el modelo que está en marcha es inviable para la mayoría del pueblo argentino. Nuestra generación, que es una generación con vocación de poder, que se incorporó a la política con el kirchnerismo, sabe que no hay posibilidad de construir un proyecto con justicia social, independencia económica y soberanía política si no confrontamos con este modelo.
–¿Qué va a pasar el 19 de junio con el congreso del PJ?
–Parece que era tan acertado el camino de unidad que estaba haciendo el peronismo que la respuesta del macrismo fue la intervención del PJ. De alguna manera, la conducción de Gioja venía funcionando como un punto de articulación entre sectores que se sienten identificados con el peronismo y que venían planteando una posición clara y de ruptura con el modelo que impera en Argentina. La mayoría en el PJ bonaerense tiene que tener bien claro que el error de este Gobierno es el rumbo económico, la propuesta de país que le están ofreciendo al pueblo y que nos está llevando a escuchar palabras que hace años no escuchábamos, como FMI o las calificaciones de riesgo. El PJ se está organizando en la construcción de un programa político, de una actualización doctrinaria, como el lanzamiento del Incluir y, por otro lado, en volver a tomar protagonismo en la calle, que es su lugar natural. Por eso se está convocando a una movilización masiva para el 25 de mayo, para mostrarle a este Gobierno que el pueblo argentino no quiere volver ni al FMI ni tampoco quiere más tarifazos ni políticas que ataquen a los trabajadores ni a los más humildes.