“Los demonios del fraude están al acecho”. Faltan 42 días para las elecciones en México en las que Andrés Manuel López Obrador, candidato del izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), cuenta con entre el 46 y el 48 por ciento de intenciones de voto superando por 18 puntos o más, según varias encuestas, al conservador Ricardo Anaya.
“En una campaña normal López Obrador ya sería un ganador seguro, la ventaja que tiene sobre el representante del Partido Acción Nacional (PAN) es irremontable, pero en México eso no basta para ganar, tenemos un sistema electoral de muy baja calidad democrática dominado por mafias” observa Julio Hernández López Astillero. El analista político más influyente de la prensa escrita nacional reseña la historia reciente de “adulteraciones de resultados electorales” por parte de los mismos grupos que “ahora están tentados de dar un nuevo zarpazo”.
Durante este diálogo por Internet con PáginaI12, el columnista del diario La Jornada y el canal Hispan TV, avisora que “en las próximas semanas podremos tener una campaña más sucia de lo que ya fue hasta ahora”.
“Aún cuando México entero parece haberse volcado a favor de López Obrador con su propuesta de cambio, porque hay un hartazgo con el actual régimen, todavía hay un segmento social que le tiene un terrible miedo y pareciera estar dispuesto a intentar todo tipo de fórmulas para impedir el triunfo de un personaje al que ellos consideran demagogo, populista, mentiroso”.
López Obrador ya fue víctima de un fraude escandaloso en 2006 a manos del derechista Felipe Calderón Hinojosa, del PAN, agrega el analista. “El grupo que se resiste a respetar la voluntad del electorado tiene un gran peso económico, tiene el apoyo de los grandes medios como el canal Televisa y del crimen organizado. El narcotráfico podrá hacer uso de su poder de intimidación para que la gente en las poblaciones rurales no vote al candidato de Morena y también puede generar hechos de violencia de gran impacto nacional para que la gente no vaya a votar”.
–¿El narcotráfico está en campaña?
– El crimen organizado en general, desde el narcotráfico al tráfico de personas tiene aterrorizado al país y desde luego es un factor de poder político y social en las entidades (provincias) donde actúa. Son grupos que gozan de impunidad porque tienen nexos comprobados con los partidos en el poder, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) del actual presidente Enrique Peña Nieto que ha gobernado durante siete décadas y el PAN, que estuvo en Los Pinos (residencia presidencial) de 2002 a 2012.
– López Obrador propuso una amnistía. ¿Qué alcance tendrá?
–Es una de las propuestas importantes pero también de las más enigmáticas, sobre la cual más interpretaciones ha habido porque López Obrador no ha dado una explicación detallada. Su estilo político es el de lanzar propuestas y aguardar para ver las reacciones, para luego acomodar un poco sus palabras según las circunstancias. Primero habló de una amnistía que podría implicar a los grandes capos del narco y actualmente la propuesta pareciera encaminarse a una amnistía a los agricultores, campesinos pobres que por necesidad recurren a sembrar. La amnistía tiene una razón de fondo que es entendida por mucha gente en México, la sociedad está cansada de este modelo del combate al narcotráfico a través de la guerra con la participación de las Fuerzas Armadas que fue el impuesto por el ex presidente Calderón (2006-2012) y que ha continuado Peña Nieto. La amnistía es una necesidad que ya han planteado personajes de distintas posiciones ideológicas, no solo López Obrador. Fue defendida por personajes de derecha como el ex presidente Vicente Fox (PAN) y especialistas que estudiaron el tema y señalan que se necesita explorar el diálogo con los jefes del narco.
–Las cifras de esta guerra son peores que los de la dictadura argentina.
–Efectivamente así es, un subsecretario de Derechos Humanos del actual gobierno dijo que hay alrededor de 33 mil personas desaparecidas y algo así como 30 mil cadáveres sin reconocer su identidad que están en los servicios médicos forenses, en delegaciones policiales, en fosas gubernamentales.
Ese número de desaparecidos es resultante de los gobiernos de Calderón y Peña Nieto, y el número de cadáveres de identidad desconocida es sólo de la gestión de Peña Nieto. Pero la cifra real de víctimas es todavía más alta porque en México la gente socialmente más vulnerable no denuncia las desapariciones o los asesinatos por temor a represalias.
–¿Por qué los militares rechazan la amnistía?
–La militarización de la guerra contra el narcotráfico trajo varias consecuencias negativas como las violaciones de los derechos humanos y un mayor poder para los militares gracias a la discrecionalidad en el uso de recursos públicos millonarios. Esto ha traído beneficios a las cúpulas del Ejército y la Marina. En estos últimos doce años se dio un proceso de distorsión grave de la función de los militares que están preparados para enfrentar y eliminar a un enemigo, y fueron utilizados para tareas de policía. Todo lo cual llevó a que las Fuerzas Armadas fueran cobrando cada vez más protagonismo. El secretario de Seguridad, el general Salvador Cienfuegos, ha ganado un peso político impensado, que nunca se había dado en México, pronunciando discursos sobre la coyuntura y haciendo presión para que se aprobara en el Congreso una ley de Seguridad Nacional que fue rechazada por López Obrador, con su propuesta de poner un freno a esta guerra.
López Obrador hizo un llamado al general para que no haga declaraciones de esta índole y que se circunscriba a lo militar. Las Fuerzas Armadas, especialmente sus altos mandos, están adoptando una actitud que parece tendiente a frenar la victoria del candidato de izquierda, esto es algo peligroso.