PáginaI12 En Venezuela
Desde Caracas
La capital venezolana amaneció tranquila y, como era de esperar, con los mismo problemas económicos y sociales que atraviesa todo el país. La situación política tampoco ha variado mucho ya que a pesar de que Nicolás Maduro colectó una mayor cantidad de voluntades, superando los seis millones de preferencias, lo que representa el 68 por ciento de los votos emitidos, los presidentes latinoamericanos continúan profundizando su alianza (dependencia) con el gobierno de los Estados Unidos y, como era de prever, han desconocido el resultado electoral y llamaron a sus embajadores a consulta. En tanto, Maduro concentró su discurso posterior al triunfo en las elecciones a la acuciante situación económica al prometer que “me dedicaré a recuperar y reactivar los motores de la economía”. No dio pistas al respecto pero todo hace pensar que los tiempos por venir no serán muchos mejores ya que le anunció a los venezolanos que deberán “prepararse para las batallas que están por venir”.
La calles céntricas de Caracas recuperaron su habitual bullicio y el ir y venir de personas que miran las vidrieras de los negocios con ojos de “ni siquiera me animo a preguntar el precio”. Los datos de cómo se mueve (siempre para arriba) la inflación poco importan por sus efectos negativos se sufren minuto a minuto. “Tengo plena conciencia de los retos que vamos enfrentar, soy un presidente más preparado, voy responder a la confianza que me dio el pueblo”, resaltó Maduro durante la noche del domingo en los jardines del Palacio de Miraflores, sede del gobierno, ante una multitud que se concentró para celebrar el nuevo triunfo electoral de la Revolución Bolivariana. Allí fue donde anunció que habrá nuevas batallas y donde dijo que “llamo a los profesionales del país, llamo a los empresarios, llamo a la juventud, llamo a las mujeres patriotas. ¡Vamos al trabajo!”, en referencia a las modificaciones que sufrirá la economía del país que como aseguró poco después de votar durante la madrugada del domingo fue “infectada por el neoliberalismo”.
Para el chavismo del resultado de las elecciones surgen varios datos que son necesarios para la elaboración de los pasos a seguir. Por caso y en lo que respecta al cuestionamiento tanto interno y externo sobre el porcentaje del abstencionismo -54 por ciento- que para la oposición son la prueba de la caída en picada del gobierno bolivariano. Por un lado y revisando el histórico del porcentaje de abstenciones que hay en los comicios de Venezuela, donde el voto no es obligatorio, se puede ver que los que no votaron el domingo no son más de los ausentes en las elecciones que tuvo como protagonista al propio Hugo Chávez. En 1998, cuando el líder de la Revolución Bolivariana ganó su primera elección la abstención fue del 36,35 por ciento y dos años más tarde trepó al 41 por ciento. Pero más atrás en el tiempo, Rafael Caldera llegó a la presidencia en 1993 con una abstención del 40 por ciento o el 18 por ciento de Carlos Andrés Pérez en 1988. Pero si se compara con presidentes de otros países surge el dato de que el presidente de Chile, Sebastián Piñera, obtuvo en la primera vuelta 36 por ciento de los votos con una abstención que redondeó el 46 por ciento. Luego está el caso del colombiano Juan Manuel Santos que cuando accedió a su segundo mandato en 2014 solo participó el 40 por ciento del padrón electoral. El otro colombiano, Alvaro Uribe Velez ganó la presidencia en 2006 con la participación de 45 por ciento de los electores habilitados para votar.
Sin tomar en cuenta ese detalle, el Grupo de Lima, como se autodenominaron los cancilleres de México, Canadá, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Argentina, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía, desconocieron los resultados electorales por entender que “no cumplen con los estándares internacionales de un proceso democrático, libre, justo y transparente”.
El frente externo es complejo para Venezuela porque estas decisiones están en línea con la política de Donald Trump con Maduro. El gobernante norteamericano apretó un poco más la tuerca contra las finanzas de Venezuela al firmar un decreto que limita la venta de deuda y activos públicos venezolanos en suelo estadounidense (ver recuadro). La decisión agudiza uno de los mayores problemas de la economía de este país y es el acceso a las divisas que provoca una corrida cambiaria permanente. Al cierre de esta edición, el gobierno de Maduro no se expresó al respecto.
Pero si estos países rechazaron la reelección de Maduro, el gobierno chavista mostró ayer el respaldo que recibieron de China, Rusia e Irán, los tres principales aliados políticos y económicos que hoy tiene Venezuela.
Por ahora el opositor Henri Falcón no avanzó más allá de reiterar el desconocimiento del resultado electoral y lanzar denuncias de irregularidades. Ayer, el jefe de campaña de Maduro, Jorge Rodríguez respondió al indicar que los venezolanos “se sobrepusieron a todas las agresiones y le dio (a Maduro) un mandato claro”. Luego señaló que su país “ha sido blanco de desmedidos ataques y agresiones por parte de la derecha nacional e internacional que, atendiendo las demandas de poderes imperiales, se han dispuesto a someter a los venezolanos a una brutal guerra económica, que ha sido acompañada de sanciones unilaterales y coercitivas”. Y en cuanto a los votos obtenidos, Rodríguez indicó que Maduro consiguió “el 68% del voto popular y Falcón consiguió el 20,2 %. Sacamos 3,3 veces más votos, los triplicamos, y eso explica la actitud del candidato perdedor”.
Falcón había apostado a captar el voto de aquellos que respaldan a los partidos opositores más radicalizados pero no tuvo esa suerte. Ni siquiera su propuesta de dolarizar la economía, sin detalles de cómo se implementaría, le sumó más cantidad de votos. En ese sentido, se debilitó ante los rudos opositores como María Corina Machado y Antonio Ledezma, que además de promover la abstención también impulsan la intervención militar en Venezuela y si es de los Estados Unidos, mucho mejor.
En cuanto a los votos obtenidos por Maduro parecen representar cada vez más al chavismo puro y duro. No es poco porque representan más de seis millones de almas pero tal vez el que mejor lo graficó fue Antonio, un ingeniero informático que, consultado por PáginaI12, dijo que “ayer (por el domingo) votó el hueso del cuerpo del chavismo. Lo más duro, lo más firme, pero es el hueso”.