Es un hecho que Aída está entre las más populares, más queridas, más sentidas, más vistas, más aplaudidas, más ensalzadas y más conmemoradas de las óperas italianas en el mundo. Entre tantos títulos que ostenta, es la obra que inauguró el edificio actual del Teatro Colón, 110 años atrás. En la celebrar de este aniversario, el gran coliseo pondrá en escena desde este domingo la histórica producción de la ópera de Giuseppe Verdi que Roberto Oswald realizó en 1996, en esta oportunidad con tres elencos, dos nacionales y uno internacional, para un total de siete funciones. El director de la reposición es Aníbal Lápiz, a cargo además de los vestuarios, el diseño de iluminación de Luis Conde y las coreografías de Alejandro Cervera. Carlos Vieu estará al frente del Coro y la Orquesta Estable.

La ópera que el eficaz jedive de Egipto Ismail Pachá le encargó a Verdi para cumplir su tercer sueño –después de inaugurar el Canal de Suez y mandar a construir un teatro lírico a la altura de los más importantes del mundo, donde Aída se estrenó en 1871– alcanzó enseguida gran popularidad, y para el final del siglo XIX ya estaba entre los clásicos del género lírico. Como tal, Aída siempre está volviendo. Vuelve la animosa esclava etíope que se enamora el capitán de la guardia del rey Radamés, insensible a los encantos de Amneris, hija del mismísimo rey. En este triángulo amoroso ambientado en Egipto y desplegado en cuatro actos Verdi articula una de sus obras maestras, que para las funciones de abono del martes 29, jueves 31 de mayo y miércoles 5 de junio a las 20, y domingo 3 de junio a las 17, contarán con un elenco internacional. La soprano estadounidense Latonia Moore será Aída; la mezzosoprano búlgara Nadia Krasteva interpretará a Amneris y el tenor italiano Riccardo Massi encarnará a Radamés. El bajo italiano Roberto Scandiuzzi abordará el rol de Ramfis, el gran sacerdote; el barítono norteamericano Mark Rucker será Amonasro, rey de Etiopía y padre de Aída, y el bajo Lucas Debevec Mayer, el  rey de Egipto. Marisú Pavón será la sacerdotisa y Raúl Iriarte el mensajero.  En ensayo general con este elenco, el sábado 26 de mayo a las 20, será abierto al público. Las entradas gratuitas se podrán retirar a partir del jueves 24 de mayo de 9 a 20 en la boletería del teatro (Tucumán 1171). Se entregarán dos localidades por persona hasta agotar la capacidad de la sala. 

Las celebraciones comenzarán formalmente el domingo a las 17, con una función extraordinaria y un elenco de cantantes argentinos encabezado por la soprano Mónica Ferracani como Aída, el tenor Enrique Folger, como Radamés, y la mezzosoprano Guadalupe Barrientos en el rol de Amneris. Junto a ellos estarán Lucas Debevec Mayer, en esta oportunidad como Ramfis;  el barítono Leonardo López Linares como Amonasro y el bajo Emiliano Bulacios, en el papel del rey de Egipto. Carolina Gómez interpretará el rol de la sacerdotisa y Sergio Spina el del mensajero. Esta función será transmitida por streaming desde la web www.teatrocolon.org.ar y se podrá ver con entrada libre y gratuita en la pantalla gigante que se colocará en Plaza Vaticano, en Cerrito y Viamonte, al lado del teatro. La misma transmisión podrá seguirse también en distintos teatros de nuestro país, como el Teatro Independencia (Mendoza); Teatro Vera (Corrientes); Teatro Mitre (Jujuy); Teatro Tronador (Mar del Plata); Teatro Constantino (Bragado); Centro del Conocimiento (Posadas); Municipalidad de Esquel (Chubut); y Municipalidad de Yerba Buena (Tucumán). El mismo elenco tendrá a cargo la réplica del sábado 2 de junio a las 20, mientras que en la función extraordinaria del miércoles 30, Haydee Dabusti será Aída, Fernando Chalabe será Radamés y  María Luján Mirabelli será Amneris. Roy Pullen Lermanos interpretará el papel del Rey de Egipto y Emiliano Bulacios será Ramfis. 

“No es habitual que un elenco de cantantes argentinos tenga a su cargo la primera función de una ópera”, reflexiona Enrique Folger, el tenor que interpretará Radamés integrando uno de los dos elencos nacionales. “Aída es un título muy especial para nuestro teatro y poder estar en esta oportunidad es un compromiso muy grande. Roles como el de Radamés son los que uno escuchó siempre y desde el primer momento empezó a imaginar cómo será la primera vez, que finalmente llegó. Siempre fui cuidadoso con el desarrollo de mi voz y este debut me llega en un momento muy particular, cuando ya me siento preparado para hacer un repertorio más dramático, después de atravesar roles más líricos”, asegura el cantante egresado el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, donde también se formó la soprano Mónica Ferracani, que será Aída en el mismo elenco. “Siempre tuve una relación extraña con Aída”, comenta Ferracani. “Hace unos años llegaba de vacaciones y encontré un mensaje en el contestador que me decía que la titular se había enfermado y que había que estrenar Aída en 22 días. Acepté el desafío, la estudié ensayando con el libro en la mano e hicimos varias funciones en el Teatro Avenida. Después la canté en varios lugares y más tarde me llamaron del Sodre de Montevideo, un lunes, porque el domingo anterior la soprano se había quedado en medio de la función y necesitaban una Aída urgente. Me tomé el Buquebus el martes, el regisseur me contó cómo era la puesta y al otro día canté... ¡sin ensayo! Completé todas las funciones. Poder hacerla ahora en el Colón, después de tantos años y tantas peripecias, es un reconocimiento maravilloso. Y además recordando la inauguración del teatro, oportunidad en la que, según contaba mi padre, mi abuelo estuvo presente”, repasa. 

Para Haydee Dabusti, la soprano que encabeza el segundo elenco nacional, también Aída marca momentos especiales en su vida artística. Como en el recuerdo de la interpretación de 2002 en La Manufactura Papelera, con la Ópera del Buen Ayre: “Eran los primeros títulos que hacía después de 16 años sin cantar y aquello resultó muy estimulante, porque Aída es una ópera en la que además de lo vocal es importante la parte actoral, te ordena la voz y también el cuerpo. En aquella oportunidad hicimos varias funciones con un elenco excelente”, repasa la cantante.

Aída es una ópera que conjuga el marco grandioso de las escenas corales con la intimidad de los personajes de manera prodigiosa y efectiva. En este sentido, la reposición de la puesta de Roberto Oswald es otro gran atractivo de las celebraciones del Colón. “Es una puesta impresionante, tradicional, llena de magia. Es maravilloso que el teatro celebre su aniversario con este tipo de producciones que ya prácticamente no se hacen más. Roberto (Oswald) era una persona con un gran cuidado por el detalle, capaz de pintar cuadros perfectos. En su mirada cada escena desbordaba de belleza sin dejar de contribuir al desenvolvimiento dramático, que es algo que no se ve mucho. Quienes tuvimos la oportunidad de trabajar con él lo sabemos”, alaba Folguer. “Yo trabajé con él en Tosca en el Argentino de La Plata y Turandot en Chile. Estar ahora en esta puesta de Aída resulta conmovedor, será algo irrepetible”, agrega Ferracani. “La puesta de Oswald exalta los matices de la gran espectacularidad y trata con extrema delicadeza los momentos de  intimidad. Refleja maravillosamente el conflicto entre el amor individual y el compromiso ante la patria”, concluye Dabusti.